El día que la máscara de pestañas se convirtió en el eyeliner
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En las diferentes redes sociales, la tendencia ha sido bautizada como ‘anti-mascara trend’ porque transforma lo que hasta la fecha había sido el clásico y fatídico -dependiendo de la situación- error en lo que se denomina un ‘beauty hack’, un trucazo. Pero aunque el maquillaje ‘anti-mascara’ se realiza con la máscara de pestañas, no todos los looks que amplían el uso del rímel siguen esta misma coreografía.
Es más, su verdadero origen no está en la inoportuna genialidad de una influencer ‘beauty’, sino que utilizar la máscara con otra utilidad que no sea la de embellecer las pestañas es un viejo truco de los profesionales que trabajan a ras de pasarela.
Sobre la pasarela comenzamos a ver cómo la astucia de los mejores maquilladores convertía el típico desliz con el que el producto mancha el párpado en una nueva textura. Siempre que el goupillón no esté a rebosar de producto, el contacto del cepillo permite una aplicación irregular que se puede extender a toquecitos, nunca extendiendo.
Ya en 2014, Peter Philips, uno de los genios maquilladores detrás de los últimos lookazos de los desfiles de Dior, aplicaba la máscara de pestañas a modo de delineado grueso, a ras de pestañas pero también elevando el trazo para crear un efecto de ojo rasgado.
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