El Ángel de la Guarda, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

Actualmente se habla mucho se los ángeles, se encuentran libros de todo tipo que tratan de este tema, se venden angelitos de oro, de plata, de cuarzo, las personas se lo cuelgan en el cuello, comentan su importancia y sus nombres, pero hay que tener mucho cuidado al comprarlos porque muchas veces se le da a los ángeles atribuciones que no les corresponden y los elevan a un lugar de semidioses, los convierten en amuletos que hacen caer en la idolatría o crean confusiones entre las inspiraciones del espíritu santo y los consejos de los ángeles.

Los ángeles son muy importantes en la iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios por lo que no se les puede igualar a Dios ni tampoco adorarlos como si fueran dioses; no son lo único que puede acercarnos a Dios.

Fíjense, los mandamientos de la iglesia, los mandamientos de la ley de Dios, los sacramentos, la oración, otros medios ayudan a vivir cerca de Dios, los ángeles siempre han sido venerados por la iglesia y su culto está extendido por el mundo entero, y a lo largo de la biblia se habla de la existencia de los ángeles.

En el antiguo testamento se habló repetidas veces de su acción prodigiosa en favor de los hombres y se puede observar como Dios se servía de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel, o cuando un ángel le avisó a Lot del peligro que corrían en Somoa, el castigo que iban a recibir en esa ciudad de Sodoma, un ángel consoló a la criada de Abraham cuando este la despidió y ella caminaba por el desierto.

También en el nuevo testamento se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles.

Los ángeles le anuncian a los pastores el nacimiento de Jesús, el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones del desierto.

Jesús se refirió en varias ocasiones a la misión de estos espíritus purísimos y un día dijo “cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños porque yo les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi padre celestial”.

Comúnmente se admite que al nacer el señor señala un ángel para nuestra custodia y que cada familia cada pueblo cada nación tiene su propio ángel de la guarda; grandes santos han invocado a su ángel de la guarda como por ejemplo el padre Pio de Pietralcina que le tenía muchísima devoción.

Los ángeles custodios son esos espíritus celestiales de los que habla el salmo 90: “A sus ángeles ha dado órdenes para que guarden tus caminos”.

Dios ha asignado a cada persona un ángel para protegerlo y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. San Jerónimo decía: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas desde el momento de nacer tiene un ángel destinado para su custodia.

Amigos, los ángeles fueron creados por Dios, están frente a Dios y con Dios ¡siempre ganamos!