Desarrollan una nueva vacuna contra la enfermedad de Chagas
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Investigadores de la Universidad de Tulane están trabajando en una nueva vacuna contra la enfermedad de Chagas que previene el daño cardíaco duradero, una complicación a largo plazo común en los pacientes con esta enfermedad tropical.
La enfermedad de Chagas es una enfermedad parasitaria que se transmite predominantemente a través de las picaduras de chinches. En las Américas, la enfermedad afecta a 6 millones de personas en 21 países. Aproximadamente 30.000 nuevos casos surgen cada año y 14.000 personas mueren cada año a consecuencia del también conocido como mal americano.
«La enfermedad de Chagas es una enfermedad parasitaria importante en las Américas», dijo el autor principal del estudio, Eric Dumonteil , PhD, profesor asociado de medicina tropical en la Facultad de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane. “Si no se tratan, los pacientes pueden desarrollar una miocardiopatía crónica, caracterizada por arritmias cardíacas cada vez más graves, que conducen a insuficiencia cardíaca”.
Un nuevo estudio preclínico publicado en el Journal of Microbiology, Immunology and Infection muestra que la vacuna protegió de manera segura la función cardíaca en primates no humanos, un paso fundamental para hacer avanzar la investigación hacia los ensayos clínicos en humanos.
Prometedora vacuna para un mal de Chagas con tratamientos limitados
No hay vacuna para Chagas actualmente disponible. Los medicamentos pueden ser efectivos si se administran rápidamente, pero los tratamientos tienen una eficacia limitada a medida que avanza la enfermedad. “Estamos desarrollando una vacuna terapéutica destinada a prevenir, o al menos retrasar, la progresión de la enfermedad cardíaca en pacientes infectados”, dijo Dumonteil.
Para ello, probaron la seguridad y eficacia de una vacuna de ADN terapéutica que codifica los antígenos TSA-1 y Tc24 para prevenir alteraciones cardíacas en macacos infectados experimentalmente. Un objetivo secundario fue evaluar la factibilidad de detectar cambios en las alteraciones cardiacas en estos animales. Para ello, se infectaron macacos rhesus vírgenes con Trypanosoma cruzi y se trataron con tres dosis de vacunas de ADN.
Los resultados fueron positivos, ya que tanto los conteos de células sanguíneas como la química indicaron que la vacunación terapéutica era segura, ya que la función hepática y renal no parecían afectadas por la vacunación o infección con T. cruzi. Los registros electrocardiográficos (ECG) indicaron que no se desarrollaron arritmias marcadas hasta 7 meses después de la infección.
Por su parte, el análisis univariante de los parámetros de ECG no encontró diferencias significativas en ninguno de estos parámetros entre los macacos vacunados y los de control. Sin embargo, el análisis discriminante lineal reveló que los macacos de control presentaban claras alteraciones en sus patrones de ECG a los 7 meses posteriores a la infección, lo que indica la aparición de defectos de conducción y alteraciones cardiacas, y estos cambios fueron prevenidos en macacos tratados con vacunas.
En conclusión, esta es la primera evidencia de que la vacunación terapéutica contra T. cruzi puede prevenir alteraciones cardíacas en primates no humanos, fortaleciendo la justificación para desarrollar una vacuna humana contra la enfermedad de Chagas.
Con información de Web Consultas
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