De este modo la ciencia inspiró al cubismo y otros movimientos artísticos
800 Noticias/FotoReferencial
El cubismo, un movimiento artístico revolucionario que surgió a principios del siglo XX, transformó la manera en que percibimos y representamos el mundo a través del arte. Aunque a menudo se asocia con figuras como Pablo Picasso y Georges Braque, la influencia de la ciencia en el desarrollo del cubismo es un aspecto poco conocido pero importante. El cubismo no solo fue una revolución artística, sino también un reflejo de las transformaciones científicas y filosóficas de la época.
La relatividad y el cubismo
El cubismo, el primer movimiento artístico de vanguardia del siglo XX, nació en un período de agitación intelectual y científica. A principios del siglo pasado la física cuántica y la teoría de la relatividad de Einstein estaban desafiando las concepciones tradicionales del espacio, y el cubismo hizo lo propio al romper con el arte occidental.
De hecho, los cubistas vieron en la teoría de Einstein una guía por donde podría discurrir este movimiento artístico. Así, en la etapa sintética, que comenzó alrededor de 1907 y que se caracteriza por la fragmentación de objetos y figuras en formas geométricas y la representación de múltiples perspectivas en una sola obra, la influencia de la ciencia es evidente: la descomposición de la realidad en unidades mínimas nos hace pensar en la física cuántica. Y la teoría de la relatividad dejó su poso en la idea de que las figuras y los objetos ya no se representaban desde un solo punto de vista, sino desde múltiples perspectivas simultáneas, como si el tiempo y el espacio se fundieran en una única experiencia visual.
Pero sin duda hay tres artistas en los que la influencia de la ciencia es más que evidente: František Kupka, figura clave del arte abstracto, Marcel Duchamp, pionero del movimiento dadaísta, y Robert Delaunay, abanderado junto con su mujer Sonia del orfismo, una corriente del cubismo que exalta el color y la luz.
Ciencia como inspiración
El checo František Kupka tenía unos intereses intelectuales muy amplios, que iban desde el misticismo al conjunto de las ciencias. En 1892 dejó Praga por Viena, donde se movió en círculos esotéricos y se integró en el movimiento Jugendstil (la respuesta alemana al Art Nouveau francés, que se caracterizó por su inspiración en la naturaleza). Tras asentarse en París en 1896, Kupka pintó El comienzo de la vida, donde usó un tema evolutivo: la aparición de la vida animal a partir de las plantas. En este cuadro vemos un estanque de nenúfares de donde sobresale una flor; sobre ella flota un orbe, del cual se desarrolla un óvulo que contiene un feto humano.
En 1905 Kupka asistió a clases de biología, física y fisiología en la Universidad de la Sorbona, y su interés en la luz es evidente en su Estudio de los discos de Newton. Newton había inventado los discos de color que reflejaban su descubrimiento que la luz blanca se descomponía en los siete colores del arco iris -y por tanto podía reconstruir la luz blanca a partir de ellos-. En serie de los Discos Kupka usó círculos concéntricos de diferentes colores y tamaños que se superponen y se expanden, creando un efecto visual que evocaba un sentido de armonía y equilibrio.
Amplia esta información en Muy Interesante
Únete a nuestro canal de Telegram, información sin censura: https://t.me/canal800noticias