¿Cuánta agua se necesita para producir lo que comemos?
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El agua constituye el pilar fundamental de la vida en nuestro planeta. Más de tres cuartas partes de la Tierra son de agua, pero apenas un 2,5% es agua dulce, y de esta la mayor parte está congelada o atrapada en acuíferos de difícil acceso. Si consideramos solo el volumen accesible para el consumo humano, el agua disponible no alcanza el 0,01 % del total, y su distribución a lo largo y ancho del globo es muy desigual.
Los desastres ambientales, resultado de actividades humanas, presentan una realidad compleja en la cual, causas y efectos se reparten de manera desigual a escala global. Un número reducido de países, empresas, y estilos de vida son responsables de la mayoría de los impactos, mientras el ciudadano promedio tiene, en realidad, muy poca carga de responsabilidad.
No obstante, esto no excluye al consumidor promedio de la posibilidad de contribuir positivamente. Aunque su influencia individual parece menor, la adopción generalizada de prácticas más sostenibles en el consumo diario puede tener un impacto significativo en la reducción del uso del agua. Entre estas prácticas se incluye la elección consciente de productos con una menor huella hídrica, prefiriendo aquellos de producción local, de temporada, o cultivados en regiones sin escasez de agua.
La reducción en el consumo de carne se propone a menudo como estrategia efectiva por su alta demanda hídrica, comparada con los productos agrícolas. Sin embargo, es importante considerar que la huella hídrica no solo debe evaluarse en función del peso del producto. La comparación directa entre productos basada en su peso, aunque útil, puede ser engañosa debido a las diferencias en el contenido nutricional. Por ejemplo, aunque un kilogramo de pollo tiene casi el doble de huella hídrica que un kilogramo de espárragos, el valor nutricional y el aporte calórico de cada uno son muy diferentes. Por lo tanto, en cuanto a la eficiencia de uso del agua respecto al aporte energético, productos de origen animal, como el pollo, pueden resultar más eficientes que ciertos productos vegetales, como el espárrago.
Con información de Muy Interesante
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