Centennials: Una tercera ola, la de los efectos psicológicos - 800Noticias
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EFE

El cierre nacional de colegios, 97 días de confinamiento, el uso obligatorio de mascarillas… Cientos de ciudadanos españoles se han visto involucrados en “rápidos y profundos” cambios que, según los expertos, generarán una tercera ola: la de los efectos psicológicos.

Sin embargo, para algunos profesionales hay una población de riesgo dentro de esta tercera ola, y esos son los centennials, los nacidos a partir de 1996. Una generación que está en proceso de desarrollo y aprendizaje en mitad de una pandemia que ha trastocado todos los aspectos de la vida cotidiana.

Así lo expone Qustodio, una plataforma de seguridad digital que ha centrado su estudio ‘Centennials: el antes y el después de una generación marcada por el Covid-19’ en este colectivo.

Este informe, incluye el análisis sobre la realidad de los niños durante la pandemia. Lo que ha cambiado, lo que permanece igual y lo que “nunca” volverá a ser lo mismo.

Es una radiografía de cómo ha cambiado la vida de los menores en el transcurso de la pandemia. Viejos hábitos se abandonan y nuevos se incorporan“, detalla Eduardo Cruz, uno de los fundadores de Qustodio.

Problemas de sueño, depresión, pérdida o aumento de peso y menor autoestima son otros de los cambios físicos y psicológicos que se han producido durante la pandemia, según el estudio.

Hay un número mayor de niños con trastorno del sueño y esto se traduce en un cansancio crónico o insomnio. De igual modo, van a haber más inseguridades que darán lugar a un aumento de depresión, ansiedad y agorafobia“, explica Guerrero.

Para Guerrero, la hora del sueño es “sagrada”. Por consiguiente, reclama a los padres que las pantallas deben estar fuera de las habitaciones de los niños y deben evitarse una hora antes de irse a dormir. Un compartimento más común en adolescentes, quienes “se llevan los dispositivos a la cama y se quedan horas chateando”.

Una regla que detalla, tanto para los menores como para los padres.

Por favor, el cuento para dormir que no sea a través de pantallas, aunque estemos muy cansados. Tiene que ser leído o inventado“.

No normalizar conductas

Los profesionales de la salud mental confiesan estar preparándose para una tercera ola psicológica, en la que los niños crezcan en un entorno con una menor socialización, siendo las pantallas el protagonista de sus vidas.

En comparación con la infancia de otras generaciones, la psicóloga asegura que los niños de ahora prefieren cambiar las actividades de ocio del “mundo real” por una pantalla.

Recuerdo cuando era adolescente y mentía a mis padres para poder salir e ir a alguna fiesta. Ahora los adolescentes están mintiendo a sus padres para quedarse en casa con sus pantallas“, rememora Guerrero.

Un aumento de este consumo que puede llevar a una adicción digital, viene de la mano de otros problemas como patrones de apego inseguro, baja autoestima, ansiedad, depresión y demás.

De esta manera, pueden darse comportamientos peligrosos como el aislamiento. Una conducta que muchos normalizan.

Ese aislamiento y desconexión es bastante peligroso. Puede conllevar problemas como la ansiedad, depresión, baja autoestima y tendencias autolesivas“, informa Guerrero.

Ante una situación como esta, la psicóloga de familia recomienda no bajar la guardia y acudir a un profesional.

Cuando vemos un cambio en sus rutinas, en sus notas o que su humor cambia muy fácilmente, contestando o portándose mal, debemos dar la voz de alarma“.

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