Carta al niño Jesús, por María García de Fleury
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A través del sí de María celebramos que hace más de 2000 años nuestro salvador nació de una mujer judía, una mujer dulce, humilde y sin pecado, la virgen María, madre santísima de Dios. Ella no sólo se había preparado para este evento tan maravilloso todos los días de s vida con su amor, con su dedicación en la fe y en la esperanza ofrecidas a la voluntad del padre, sino que Dios mismo la había preparado dándole su gracia, haciendo que fuera concebida sin mancha de pecado desde el mismo momento de su concepción, haciendo de ella el arca de la nueva alianza.
María es el plan de Dios de pureza en la maternidad vivificante cuyo completo sí a la voluntad del padre abrió el camino de la salvación, primero concibiendo y luego dando a luz al hijo de Dios hecho hombre, Jesucristo.
Fue a través del regalo de Dios de la virgen María sin pecado que el regalo de la salvación de Dios nació en el mundo hace 20 siglos, el frio y las tinieblas del pecado en ese momento dieron paso a la verdadera luz de la humanidad, el creador de todo lo visible y lo invisible, de quien todas las cosas nacieron entró en el mundo como una luz que brilla en medio de las tinieblas para que los hombres no tuvieran simplemente una felicidad fugaz sino vida y vida en abundancia, tuvieran la plenitud de vida interminable y eterna, en eterna comunión con Dios padre.
En estos momentos de oscuridad y tiniebla del mundo, en medio de la pandemia y con todo lo que ello conlleva, miremos con esperanza a celebrar al niño Jesús que viene como luz que brilla en medio de las tinieblas.
En la noche de navidad la totalidad de la existencia humana se transformó, el creador que hace meses asumió la carne humana y se hizo completamente hombre sin dejar de ser completamente Dios, abrió sus ojos carnales sobre un mundo de oscuridad, como un niño pequeño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Estos acontecimientos profundos y sublimes van más allá de los límites del lenguaje humano para describir de una manera verdaderamente adecuada, desde la encarnación hasta el nacimiento en una cueva desolada en Belén, estableciendo para siempre una nueva forma de vida para la humanidad.
El Apostolado Mundial de Nuestra Señora de Coromoto está invitando a todos los niños, jóvenes y adultos a escribir una carta de amor y compromiso como nuestro regalo de navidad al niño Jesús y enviarlo a la siguiente dirección: navidadcoromotana@gmail.com para ponerlos la noche de navidad a los pies de la virgen de Coromoto allá en Guanare, donde ella se apareció hace 368 años al jefe indio Coromoto y toda su familia.
Desde allí vamos a recibir una bendición muy especial con la certeza de que el niño Jesús viene como luz en medio de la oscuridad que estamos viviendo, porque él es Dios y ¡con Dios siempre ganamos!
