Audiencia de Alejandro Toledo en EEUU fue pospuesta para el 7 de agosto - 800Noticias
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EFE

El juez estadounidense que lleva el caso sobre la extradición del expresidente de Perú Alejandro Toledo a su país, donde está acusado de corrupción, decidió este jueves posponer hasta el 7 de agosto la audiencia prevista para el viernes.

El magistrado federal Thomas S. Hixson, del Distrito Norte de California, accedió así a la petición conjunta formulada tanto por la Fiscalía como por la defensa de Toledo, que pidieron que se cambiara la fecha de la vista para tener más tiempo de obtener información financiera del expresidente.

La nueva vista será el 7 de agosto a las 10.30 hora local (17.30 GMT) en la decimoquinta planta del edificio federal Phillip Burton de San Francisco, que acoge los juzgados en los que ya se celebró la audiencia anterior.

En una petición presentada este mismo jueves ante la corte y a la que tuvo acceso Efe, las partes indicaron que necesitaban ese tiempo extra para lograr unos documentos que podrían ser «relevantes» en la asignación de un nuevo defensor para Toledo, cuyo abogado renunció después de la audiencia del pasado viernes.

Ese día, Hixson decidió que el exmandatario (2001-2006) permaneciera encarcelado mientras dura el juicio al hallar riesgo de fuga y denegarle la libertad bajo fianza y recalcó el hecho de que cuando fue detenido la semana pasada se encontró en su casa un maletín con 40.000 dólares en efectivo.

Además, el juez tuvo en consideración los argumentos de la Fiscalía estadounidense, que se opuso a la libertad bajo fianza al esgrimir que Toledo carece de vínculos personales con EE.UU. y que un posible destino para fugarse sería Israel, ya que su esposa, Éliane Karp, tiene nacionalidad de ese país.

«Sería un fracaso diplomático significativo para los Estados Unidos que Toledo se escapase», aseguró Hixson al anunciar su decisión de mantenerle en prisión.

Toledo está acusado de haber recibido hasta 35 millones de dólares de Odebrecht a cambio de favorecer a la empresa brasileña en sus negocios en Perú cuando aún era presidente, y ha pasado los últimos dos años prófugo de la Justicia peruana en EE.UU., donde reside en la localidad de Menlo Park (California), cerca de San Francisco).

El expresidente siempre ha defendido que las acusaciones en su contra son una mentira, fruto de la «persecución política» que sufre por parte de sus «enemigos», aun cuando cada vez se corroboran más pruebas que apuntan a que recibió grandes cantidades de dinero de Odebrecht y utilizó mecanismos de blanqueo de dinero para ocultar su origen.

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