+VIDEO | Hoy es bueno recordar las palabras de San Juan Pablo II: «El amor vence siempre» - 800Noticias
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En abril de 1987, el entonces Papa Juan Pablo II, hoy Santo de la Iglesia Católica, visitó Chile, un viaje que no estuvo exento de polémicas, por su reunión con el entonces dictador Augusto Pinochet en el palacio de La Moneda.

La Iglesia siempre ha sido vinculada con la política pero también a sus buenas gestiones cuando se trata conciliar en medio de las tensiones que produce la polaridad que divide a los pueblos donde los países se debaten entre la izquierda y la derecha, y las tendencias radicales que han hecho tanto daño en el mundo.

En ese viaje, el Papa Juan Pablo II se reunió con los jóvenes en el Estadio Nacional, “lugar de competiciones, pero también del dolor y sufrimiento“, dijo, refiriéndose a las detenciones ocurridas en ese lugar después del golpe de estado de 1973.

Sobre el césped del Estadio, el Papa trazó la señal de la cruz, “para que desde aquí brote la paz y la reconciliación“. Durante la liturgia, el Papa, señalando con la mano una imagen de Jesucristo ubicada en el marcador del Estadio, dijo su famosa frase: “No tengáis miedo, ¡de mirarlo a Él!”.

Sus palabras ese día retumbaron el estadio: “Cristo nos está pidiendo que no permanezcamos indiferentes ante a la injusticia. Que nos comprometamos responsablemente en la construcción de una sociedad más cristiana, una sociedad mejor, para esto es preciso que alejemos de nuestra vida el odio, rechazar toda ideología que proclame la violencia y el odio, el amor vence siempre, como Cristo ha vencido, el amor ha vencido. Aunque en ocasiones, ante sucesos y situaciones concretas pueda parecernos impotente, Dios siempre puede más”, dijo el Sumo Pontífice frente a un aforo que se vino abajo.

Estas sabias palabras es bueno recordarlas hoy, cuando en Venezuela vivimos un momento político muy cruel, donde han aflorado las miserias de quienes nos han gobernado, la Iglesia ha hecho constantes llamados a la paz y a la reconciliación entre los venezolanos porque este país, después que logre el cambio que anhela, tendremos que reconstruirlo entre todos, sin odios ni revanchismos.