Subió a 28 la cifra de muertos en Nicaragua - 800Noticias
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EFE

Miles de personas en las calles de Nicaragua pidieron al Gobierno de Daniel Ortega que deje en paz a los estudiantes que desde hace seis días protestan y han sido reprimidos, según ellos, para evitar escuchar sus demandas. Las manifestaciones han dejado al menos 28 muertos.

La protesta pacífica e histórica en Nicaragua, que abarcó unos siete kilómetros de calles de forma ininterrumpida, algo no visto en las últimas décadas, sirvió para que muchas personas desahogaran todas sus quejas y descontentos contra el actual jefe de Gobierno y su esposa, Rosario Murillo.

«Es una oportunidad para nosotros para poder salir adelante, ya estamos hartos de esto. No queremos más dictadura ¡Nicaragua libre!», dijo a Efe el participante de la multitudinaria marcha Emerson Velázques tras arribar a la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), lugar donde concluyó la actividad.

En la marcha, que partió desde el centro moderno de Managua, los manifestantes, en su mayoría empleados e inversionistas, acudieron al llamado realizado por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), para reclamar por «la paz y el diálogo».

La mayoría de personas, luciendo camisetas blancas y ondeando la bandera de Nicaragua, gritaban durante el trayecto «Pueblo únete» o «Aquí estamos los minúsculos», en alusión a los primeros discursos de la primera dama tras los enfrentamientos en donde calificó a quienes protestan de «grupos minúsculos y almas pequeñas» y «tóxicas».

Las personas en moto, en bicicleta o caminado no detenían la marcha hasta llegar a la universidad, lugar donde se han dado los últimos enfrentamientos violentos entre estudiantes y agentes antidisturbios, quienes supuestamente usan balas de plomo para reprimirlos, de acuerdo con los jóvenes.

En los seis días de protestas continuas los organismos de derechos humanos y la Cruz Roja Nicaragüense han contado, además de los 28 muertos, al menos 428 heridos, de los cuales 235 necesitaron ir a un hospital, y más de un centenar de personas desaparecidas o arrestadas.

«Claro que yo los apoyo porque ellos están siendo reprimidos. Han habido muchos muertos y esto es una defensa en sus derechos», dijo a Efe la manifestante Blanca Meza.

Meza aprovechó para expresar la admiración que sintió al ver tantas personas en las calles apoyando a los estudiantes y demandando el retiro del presidente Ortega del poder.

«Esto va a ser gran victoria del pueblo y de los estudiantes», apuntó.

La caminata, que inició a las 15.30 hora local (21.30 GTM), llegó a la Upoli a las 17:00 hora local (23.00 GTM), sin embargo, pasada esa hora las personas continuaban sumándose para apoyar a los universitarios

«¡No eran asesinos, eran estudiantes!», era una de las consignas de los manifestantes, que acusan de la violencia desatada en las protestas a las fuerzas de choque del Gobierno, conocidas como «turbas», que, aseguran, actuaron con el apoyo de la Policía.

Las personas en su paso incendiaron figuras de hierro denominadas «Árboles de la Vida», mientras gritaban con euforia en señal de victoria.

Tras llegar al punto final, leyeron los nombres de cada una de las personas que han fallecido en estos seis días de enfrentamientos y seguidamente pidieron un minuto de silencio.

Aunque inicialmente las manifestaciones fueron convocadas para promover el diálogo y la paz, terminaron en un grito multitudinario de repudio a Ortega y Murillo, quien esta vez no utilizó a la Policía Nacional para «resguardar» la manifestación ni detonar bombas lacrimógenas con los estudiantes.

La manifestación pacífica e histórica en Nicaragua, que abarcó unos siete kilómetros de calles de forma ininterrumpida, algo no visto en las últimas décadas, sirvió para que muchas personas desahogaran todas sus quejas y descontentos contra el actual jefe de Gobierno y su esposa, Rosario Murillo.

«Es una oportunidad para nosotros para poder salir adelante, ya estamos hartos de esto. No queremos más dictadura ¡Nicaragua libre!», dijo a Efe el participante de la multitudinaria marcha Emerson Velázques tras arribar a la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), lugar donde concluyó la actividad.

En la marcha, que partió desde el centro moderno de Managua, los manifestantes, en su mayoría empleados e inversionistas, acudieron al llamado realizado por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), para reclamar por «la paz y el diálogo».

La mayoría de personas, luciendo camisetas blancas y ondeando la bandera de Nicaragua, gritaban durante el trayecto «Pueblo únete» o «Aquí estamos los minúsculos», en alusión a los primeros discursos de la primera dama tras los enfrentamientos en donde calificó a quienes protestan de «grupos minúsculos y almas pequeñas» y «tóxicas».

Las personas en moto, en bicicleta o caminado no detenían la marcha hasta llegar a la universidad, lugar donde se han dado los últimos enfrentamientos violentos entre estudiantes y agentes antidisturbios, quienes supuestamente usan balas de plomo para reprimirlos, de acuerdo con los jóvenes.

En los seis días de protestas continuas los organismos de derechos humanos y la Cruz Roja Nicaragüense han contado, además de los 28 muertos, al menos 428 heridos, de los cuales 235 necesitaron ir a un hospital, y más de un centenar de personas desaparecidas o arrestadas.

«Claro que yo los apoyo porque ellos están siendo reprimidos. Han habido muchos muertos y esto es una defensa en sus derechos», dijo a Efe la manifestante Blanca Meza.

Meza aprovechó para expresar la admiración que sintió al ver tantas personas en las calles apoyando a los estudiantes y demandando el retiro del presidente Ortega del poder.

«Esto va a ser gran victoria del pueblo y de los estudiantes», apuntó.

La caminata, que inició a las 15.30 hora local (21.30 GTM), llegó a la Upoli a las 17:00 hora local (23.00 GTM), sin embargo, pasada esa hora las personas continuaban sumándose para apoyar a los universitarios

«¡No eran asesinos, eran estudiantes!», era una de las consignas de los manifestantes, que acusan de la violencia desatada en las protestas a las fuerzas de choque del Gobierno, conocidas como «turbas», que, aseguran, actuaron con el apoyo de la Policía.

Las personas en su paso incendiaron figuras de hierro denominadas «Árboles de la Vida», mientras gritaban con euforia en señal de victoria.

Tras llegar al punto final, leyeron los nombres de cada una de las personas que han fallecido en estos seis días de enfrentamientos y seguidamente pidieron un minuto de silencio.

Aunque inicialmente las manifestaciones fueron convocadas para promover el diálogo y la paz, terminaron en un grito multitudinario de repudio a Ortega y Murillo, quien esta vez no utilizó a la Policía Nacional para «resguardar» la manifestación ni detonar bombas lacrimógenas con los estudiantes.

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