Oposición venezolana carece de proyecto y medra entre rivalidades de liderazgo - 800Noticias
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CARACAS  (AFP) – La oposición venezolana, tras 15 años de combatir al gobernante chavismo, enfrenta el reto de presentar un proyecto más allá de las discrepancias entre líderes radicales y moderados, para consolidar una alternativa en un país en crisis y cruzado por protestas estudiantiles, consideran analistas.

«Con año y medio sin elecciones por venir, la oposición estaba a punto de no encontrar rumbo y las protestas (estudiantiles) de las últimas semanas le dan un aire de sobrevivencia», explica a la AFP la socióloga Maryclen Stelling, directora del Observatorio Global de Medios.

«El problema (de los opositores) es que no tienen un proyecto de país, sino que se trata de una unión que desaparece ante la ausencia de coyunturas», agrega Stelling.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a la oposición desde 2009, ha promovido candidaturas únicas para hacer frente a la aplanadora chavista, y redujo la brecha al momento de contar los votos a sólo 1,5% cuando Henrique Capriles perdió la presidencial de abril de 2013 frente a Nicolás Maduro.

Sin elecciones a la vista, y en el marco de las manifestaciones universitarias iniciadas en San Cristóbal (oeste) por estudiantes que protestaban contra la inseguridad, la primera reacción de la oposición provino del dirigente de Voluntad Popular Leopoldo López, un ambicioso político de 42 años educado en Harvard y figura de los radicales.

López –hoy en prisión– llamó a la gran marcha del 12 de febrero, que terminó por encender la mecha de la refriega callejera en Caracas, con el lema «La salida» del gobierno de Maduro, mientras Capriles tomó distancia advirtiendo que esa táctica era una ruptura de la vía constitucional y una falsa esperanza para el venezolano de a pie.

«Sin proyecto de país, la MUD casi que no tiene razón de existir», agrega Stelling al compararla con el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, sustentado en un solo proyecto ideológico representado por el «socialismo» del fallecido líder Hugo Chávez.

– Un líder de la coyuntura –

«La oposición está experimentando un estancamiento. No hay una estrategia compartida de lucha política y esto es un problema grave. (…) Tal como está, no tiene capacidad de garantizar un cambio político», analiza el politólogo John Magdaleno, director de la consultora Polity.

Para Magdaleno, la ausencia de ese proyecto común de país en la oposición ha generado que las disputas de liderazgo tengan un fundamento más allá de la «ambición de poder» de dirigentes como López o la diputada María Corina Machado, que lo secundó en sus llamados a protestas callejeras.

A pesar de que Magdaleno reconoce el desempeño de Capriles en las últimas presidenciales, cuando perdió por la brecha más pequeña que opositor alguno haya alcanzado contra el chavismo, asegura que «luce un tanto errático».

«Otros líderes están intentando conectarse con los malestares crecientes de la base que da apoyo a la oposición. (…) Capriles dejó de sintonizarse con ese malestar» tras cuatro derrotas electorales consecutivas (dos presidenciales, una regional y una municipal en poco más de un año), agregó Magdaleno.

Por su parte, Stelling percibe a Capriles como un «líder de la coyuntura» y explica que «ante la especie de vacío existencial y la lejanía de un revocatorio del mandato presidencial (que sólo puede iniciarse en abril de 2016), se empezó a desdibujar su liderazgo (…) y empezaron a emerger los de López o Machado».

Otros analistas como el politólogo y profesor de la Universidad Simón Bolívar, Ricardo Sucre, consideran que frente a la protesta estudiantil desmesurada, Capriles «ha lucido coherente y ha logrado centralizar al grupo más radical de oposición que no quiere dialogar» con sus llamados a manifestar por los problemas del país, pero sin violencia.

Para estos analistas, el promedio diario de 65 homicidios –según una ONG– la inflación anual de 56% y la escasez de 28% en enero en el país con las mayores reservas petroleras mundiales, podrían capitalizar la incorporación de nuevos seguidores a sus filas, pero de nada servirá sin un proyecto.

– Crecer sin partidos –

Magdaleno estima que la incorporación a la MUD de nuevos sectores es un elemento fundamental para su supervivencia en el tiempo.

Algunos avances se han dado con el apoyo de la oposición a las peticiones del movimiento estudiantil. No obstante, considera que «para consolidar una mayoría abierta y robusta» la «Unidad» debe aglutinar también a aquellos que no comulgan con partido político alguno.

«La MUD debe convocar a quienes no simpatizan con los partidos de oposición», asegura y menciona por ejemplo a movimientos sociales, representantes de organizaciones civiles, comunicadoras sociales, sectores empresariales y estudiantes, entre otros.

Sucre se inscribe entre quienes piensan que la oposición transita «un punto donde las dos grandes tendencias (la de López y la de Capriles) deben encontrarse para (…) sumar nuevos sectores con una política responsable».

 

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