Polonia y países bálticos piden a Alemania mano dura con Rusia en Ucrania - 800Noticias
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VARSOVIA, (AFP) – Polonia y los países bálticos, partidarios de una línea dura con Moscú en la crisis ucraniana, están inquietos por los escrúpulos de potencias como Alemania, preocupada por mantener sus intereses energéticos con Rusia.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó el lunes que la dependencia alemana del gas ruso es «una amenaza para la soberanía de Europa».

Tusk prometió que hablará de esto «muy abiertamente» con la canciller alemana Angela Merkel, cuando la reciba el miércoles en Varsovia.

«Expresaré de forma inequívoca nuestras opiniones sobre las amenazas políticas vinculadas a la dependencia del gas y el dinero rusos. Obviamente ello no sólo implica a Alemania, pero Alemania es un ejemplo claro de este fenómeno en los últimos años». Añadió Tusk.

Michael Fuchs, diputado del partido conservador de Merkel, la CDU, le dio la razón al gobierno polaco.

«No podemos depender de un solo cliente o de un solo proveedor, y esto vale tanto para las empresas como para los Estados», dijo.

Tomando a contrapie estas afirmaciones, el politólogo Slawomir Debski, director de un centro de diálogo ruso-polaco, explicó a la AFP que «en realidad Alemania depende menos de las importaciones de gas ruso que Rusia de sus exportaciones».

Desde el comienzo de la crisis, Merkel se ha involucrado en la crisis ucraniana, pero siempre teniendo en cuenta los importantes intereses económicos alemanes, que se niegan a sancionar a Rusia.

«Alemania es el principal freno a una línea más dura respecto a Rusia», estima Stefan Meister, experto en la antena berlinesa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, un grupo de reflexión.

Berlín no deja de abogar por el diálogo, y mantiene sus distancias con la línea dura adoptada por Estados Unidos, que suspendió su cooperación militar con Rusia, ordenó restringir los visados para una serie de responsables y congeló sus haberes.

La presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, no tuvo pelos en la lengua para decir la semana pasada en Bruselas que Rusia intenta «reescribir las fronteras de la Segunda Guerra Mundial» en Ucrania, donde ocupa la Península de Crimea desde fines de febrero, y que Europa «sigue siendo incapaz de entender lo que está sucediendo».

Alemania sí que se ha preocupado al menos de tranquilizar a los países bálticos. Su ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, viajó este martes a Tallinn, Riga y Vilnius.

«Estoy aquí para decir que los países bálticos no serán abandonados. Éste es un problema común a la OTAN y la Unión Europea», declaró en Tallinn.

La OTAN anunció el lunes el envío de aviones radares de tipo AWACS a Polonia y Rumania «como parte de los esfuerzos de la Alianza para observar la situación en Ucrania».

Previamente, Estados Unidos anunció el envío a Lituania de cuatro aviones F-15, y de 12 cazas F-16 a Polonia.

Steinmeier advirtió este martes que la UE adoptará medidas contra Rusia si Moscú no cambia su posición respecto a Crimea y Ucrania «de aquí a que termine la semana».

Su homólogo francés, Laurent Fabius, también amenazó este martes con imponer sanciones a Rusia, tal vez esta misma semana, si no contribuye a rebajar la tensión en Ucrania.

Según Debski, «si no hay una señal clara que diga a Rusia que ocupar el territorio de un país miembro de la ONU, la OSCE y el Consejo de Europa es inadmisible, el precio a pagar puede ser mucho más alto que el de las sanciones».

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