Petro Poroshenko, advirtió el sábado en Bruselas que Ucrania y Rusia estaban acercándose a un «punto de no retorno» - 800Noticias
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MARIUPOL, (AFP) – Los separatistas prorrusos preparaban el domingo una nueva ofensiva contra la ciudad costera de Mariupol, en el este de Ucrania, horas después de que la Unión Europea diera a Moscú una semana para cambiar de rumbo so pena de nuevas sanciones.

La crisis ucraniana ha provocado el peor deterioro de las relaciones entre Moscú y las potencias occidentales desde el fin de la Guerra Fría. La tensión se volvió a disparar esta semana tras la revelación por fuentes concordantes de incursiones de las tropas rusas en Ucrania, más de mil soldados según la OTAN.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, advirtió el sábado en Bruselas que Ucrania y Rusia estaban acercándose a un «punto de no retorno».

«Y este punto de no retorno es una guerra a gran escala», subrayó, tras el importante avance de los rebeldes de los últimos días hasta las ciudades estratégicas de la costa sur de la región separatista de Donetsk.

Señal de la implicación del ejército ruso en el conflicto, Ucrania capturó hace una semana a diez paracaidistas rusos que intercambió este domingo por 63 soldados ucranianos.

En el terreno, el dirigente separatista Alexei Mozgovoi afirmó el sábado que los insurgentes controlaban ahora casi el 50% del territorio de las regiones de Donetsk y de Lugansk, bastiones de los insurgentes, tras los recientes éxitos de su contraofensiva.

Los insurgentes se preparan para lanzar una nueva gran ofensiva contra las fuerzas gubernamentales en el este de Ucrania, dirigida particularmente al puerto estratégico de Mariupol.

La localidad, situada a casi 100 km al sur de Donetsk, une por la costa la frontera rusa a la península de Crimea, anexionada por Rusia en marzo.

«Entraremos [en Mariupol] en un futuro cercano», advirtió el «primer ministro» de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR), Alexander Zajarchenko.

En la Casa de la Cultura y de la Juventud de Mariupol, militantes proKiev organizaron el domingo una reunión «para enseñar a los habitantes los reflejos que deben adoptarse en caso de bombardeo de la ciudad, cuándo esconderse, dónde refugiarse», explica Denis Gavrilov, de la asociación Mariupol Unida antes de mostrar una película.

«Hemos vivido dos meses bajo la DNR. Incluso los que les eran favorables han visto que son unos bandidos», añade el militante.

«Hemos defendido Mariupol en Bruselas», escribió por su parte en su cuenta de Twitter el jefe de la diplomacia ucraniana, Pavlo Klimkin.

Klimkin celebro también el nombramiento como presidente del Consejo Europeo del primer ministro polaco, Donald Tusk, partidario de una línea firme respecto a Moscú.

«En los pasillos en Bruselas bromean diciendo que el nombramiento de Tusk es la mayor sanción contra Rusia. Prefiero la palabra desafío», subrayó Klimkin.

En Bruselas, la Unión Europea exigió a Rusia «retirar todas sus fuerzas militares» de Ucrania y dijo el domingo estar lista para tomar «mayores medidas».

La Comisión Europea tiene el encargo de prepararlas «de urgencia». Deberían estar redactadas «en una semana» y se tomará un decisión «en función de la evolución de la situación en el terreno», según anunció el presidente saliente del Consejo, Herman Van Rompuy, al finalizar una cumbre europea extraordinaria en Bruselas.

La canciller alemana, Angela Merkel, indicó que estas sanciones afectarán a sectores ya sancionados desde finales de julio.

La UE decidió entonces imponer por primera vez a Rusia sanciones económicas en cuatro sectores: el acceso a los mercados financieros, el armamento, las tecnologías sensibles en el área de la energía, y los bienes de uso civil susceptibles de tener un uso militar.

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