Obama llega a Rusia para G20 en medio de tensa relación con Putin - 800Noticias
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WASHINGTON, (AFP) – El presidente estadounidense, Barack Obama, llega el jueves a Rusia para participar de la cumbre del G20, pero sin intención de reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien mantiene tensas relaciones.

La guerra en Siria, en la que Obama ha tomado la decisión de lanzar una intervención militar para la que espera lograr la aprobación del Congreso, lidera la lista de temas calientes entre Estados Unidos y Rusia, pero en el fondo representa la última crisis de una difícil relación entre los dos ex enemigos de la Guerra Fría.

El 9 de agosto, poco después de haber anunciado la cancelación de la reunión ruso-estadounidense en Moscú previa al G20 que se celebrará en San Petersburgo, Obama culpó directamente a Putin del deterioro de la relación por la «retórica antiestadounidense» que hay en Rusia desde que el mandatario regresó al poder en mayo de 2012.

Obama también afirmó ver «algunos de los estereotipos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia» y, aunque sostuvo que él y Putin no tenían «malas relaciones», ironizó sobre la actitud del presidente ruso durante los encuentros bilaterales en los que «parece un niño que se aburre en el fondo del aula», según él.

«La buena noticia es que no es la crisis de los misiles en Cuba» en 1961, punto álgido de la Guerra Fría, señala Andrew Kuchins, experto en Rusia en el centro de investigación CSIS de Washington.

«Pero, en mi opinión, es la peor relación personal de la historia entre los (presidentes) estadounidenses y rusos, incluso entre los estadounidenses y los soviéticos», añade. «Creo que estos dos (Obama y Putin) no se quieren nada y no demuestran ningún respeto el uno por el otro».

Tras la anulación de la cumbre en Moscú y pasando por alto las tradiciones diplomáticas, la Casa Blanca descartó cualquier encuentro formal entre ambos mandatarios al margen del G20 en San Petersburgo, ciudad natal de Putin.

 

«Ninguna confianza»

 

El desplazamiento de Obama el jueves y viernes, tras una escala en Suecia, «es menos un viaje a Rusia que un viaje al G20, solo que Rusia es el país que lo acoge», apunta un alto funcionario estadounidense que pidió el anonimato. «Actualmente, no está previsto ningún encuentro bilateral o aparte entre los dos presidentes», insiste, aunque Obama y Putin «tendrán muchas ocasiones para hablar durante las sesiones de trabajo del G20».

La Casa Blanca decidió cancelar la reunión en Moscú poco después de que Rusia diera asilo temporal a Edward Snowden, ex analista estadounidense acusado de espionaje en su país por haber dado a conocer un amplio programa de vigilancia de las telecomunicaciones de los servicios de inteligencia norteamericanos.

Washington, que aseguró estar «extremadamente decepcionado» por el asilo otorgado a Snowden, dijo que este asunto no había desencadenado la decisión de cancelar la cumbre bilateral.

El gobierno estadounidense alegó en cambio la «falta de progreso» en algunas cuestiones como la defensa antimisiles, la lucha contra la proliferación nuclear, el comercio y la situación de los derechos humanos.

Desde el inicio de la guerra civil en Siria en marzo de 2011, Obama también reprocha a Rusia su apoyo incondicional al régimen de Bashar al Asad, lo que impide que el Consejo de Seguridad de la ONU pueda aprobar una resolución para avalar una acción militar que impulsa Estados Unidos.

Putin calificó el sábado de «absurdidad total» las acusaciones de la Casa Blanca sobre la responsabilidad del régimen sirio en el ataque del 21 de agosto a las afueras de Damasco en el que presuntamente se usaron armas químicas. Su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, advirtió este lunes que si Estados Unidos ataca Siria comprometerá «para siempre» una conferencia de paz internacional.

Clifford Gaddy, experto en política extranjera en la Brookings Institution de Washington, no duda en decir que los dos presidentes no se tienen «ninguna confianza» y vaticina que, en este punto, las relaciones «solo pueden empeorar».

Esta oscura visión es compartida por Steven Pifer, experto en desarme en el mismo centro de estudios. «No descarto, aunque sea improbable (ahora), una (cumbre) más grande Obama-Putin en los próximos años. Si los rusos están dispuestos a implicarse y piensan que una cumbre puede ser fructífera, cambiarán las actitudes. Pero esto dependerá de Putin», avisa.

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