El califa reclama obediencia a la clase política iraquí - 800Noticias
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BAGDAD, (AFP) -Abu Bakr Al Bagdadi, proclamado califa del territorio conquistado en Siria e Irak, ha instado a todos los musulmanes a que le obedezcan mientras los políticos iraquíes parecen incapaces de unirse para salvar al país del caos.

El líder del grupo yihadista del Estado Islámico (EI), cuyos hombres controlan amplias regiones de Irak, aparece en un vídeo difundido por internet, que fue grabado el viernes durante la oración en la gran mezquita de Mosul.

Bagdadi, que aparece con una larga barba, una ‘abaya’ o túnica y un turbante negros en el vídeo, es, desde la semana pasada el autoproclamado «jefe de los musulmanes del mundo», «el wali (líder) designado para dirigiros».

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, aseguró hoy que se está investigando la autenticidad del vídeo.

Esta aparición sorpresa de Bagdadi muestra el camino recorrido por su grupo, que parecía vencido hace algunos años en Irak, y la salida de la sombra en la que había permanecido hasta ahora.

El EI proclamó el pasado 29 de junio el califato en los territorios que controla, desde la ciudad siria de Alepo (norte) a la provincia iraquí de Diyala (este).

«La prédica de Bagdadi no es muy lógica para su seguridad, pero se enmarca en su lucha con Al Qaida por la dirección de la yihab a nivel mundial», dice Will McCants, antiguo consejero antiterrorista del departamento de Estado americano.

Washington ofrece 10 millones de dólares por su captura.

El califato es un régimen político heredado de tiempos del profeta Mahoma, que desapareció con el desmantelamiento del Imperio Otomano en los años 1920.

El anuncio del califato por los yihadistas, acusados de perpetrar las más sanguinarias atrocidades, ha suscitado más indignación que adhesión entre los grupos islamistas, pese a que aspiran a la creación de un Estado basado en la legislación islámica, o sharia.

Pero puede resultar un imán para los más fanáticos. En particular en un país como Irak, donde la clase política parece incapaz de dejar de lado las diferencias y las ambiciones personales.

El parlamento nacido de las elecciones del pasado 30 de abril, se volverá a reunir de nuevo el martes para tratar de elegir a su presidente, antes de designar a la máxima magistratura de la República que se encargará de elegir al futuro primer ministro.

El actual jefe de gobierno, el denostado Maliki, en el poder desde 2006, aseguró el viernes que «nunca» renunciará a presentar su candidatura.

Aunque su partido ha obtenido el mayor número de votos, su autoritarismo y su decisión de marginar a las minorías sunita y kurda limitan su capacidad de consenso en su aspiración a un tercer mandato.

Irán anunció el domingo que apoya a Maliki, aunque respetará cualquier decisión del parlamento.

El emisario de la ONU en Bagdad, Nickolay Mladenov, advirtió que existe el riesgo de que Irak caiga en «un caos similar al de Siria» si los políticos no consiguen unirse y «buscar la forma de salvar al país».

Para terminar de complicar las cosas, el presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, decidió organizar un referéndum de independencia, un movimiento criticado por Estados Unidos y por el propio Maliki.

En el plano militar, las fuerzas iraquíes apenas consiguen avanzar en su contraofensiva contra los insurgentes sunitas, en particular en Tikrit (norte), antiguo feudo de Sadam Husein, donde lanzaron una ofensiva hace 8 días.

Y la violencia no cesa en la capital, donde un kamikaze saltó por los aires este domingo en un café de un barrio chiita matando a cuatro personas, según fuentes médicas y de seguridad.

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