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Ejército sirio entra en el bastión rebelde de Quseir, Asad determinado a

quedarse

 

BEIRUT, 19 Mayo 2013 (AFP) – El ejército sirio, apoyado por el poderoso partido chiita libanés Hezbolá, entró este domingo en el centro de Quseir, bastión de los rebeldes en la provincia de Homs (centro), un día después de que el presidente Bashar Al Asad reafirmara que no piensa abandonar el poder.

Sin embargo, los activistas anti-régimen minimizaron el avance del ejército, afirmando que los rebeldes oponían una feroz resistencia ante el asalto de las tropas regulares en esta ciudad de 25.000 habitantes.

«El ejército sirio controla la principal plaza de Quseir en el centro de la ciudad, así como los edificios cercanos, entre ellos el de la municipalidad, donde los soldados han colocado la bandera siria», declaró a la AFP una fuente militar bajo condición de anonimato.

La televisión estatal difundió la entrevista de un soldado en Quseir que afirmó que «los hombres armados» huyeron hacia el norte, dirección en la que, aseguró, «seguirán avanzando para poner fin a toda manifestación armada».

«Si el ejército logra tomar el control de Quseir, toda la provincia de Homs caerá» en manos del régimen, afirmó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que sustenta sus informaciones en una amplia red de militantes y fuentes médicas y militares.

Abdel Rahman añadió que teme que se produzca una «masacre» si el ejército toma la ciudad.

El soldado entrevistado por la televisión oficial aseguró que el ejército «dejó que los habitantes salieran por el frente noroeste de la ciudad», versión desmentida por los militantes anti-régimen que denuncian un «asfixiante asedio impuesto por el régimen sirio y el Hezbolá libanés».

El asalto terrestre fue lanzado este domingo tras una serie de ataques aéreos y tiros de mortero que dejaron al menos 40 muertos, entre ellos tres mujeres, según un nuevo balance del OSDH.

Poco después, estallaron encarnizados enfrentamientos en los accesos de entrada de la ciudad defendidos por los rebeldes frente a tanques del ejército y combatientes del Hezolá chiita. Los combatientes de Hezbolá, aliado del régimen de Bashar Al Asad, «desempeñan un rol central en esta batalla» subrayó Abdel Rahman.

Desde hace varias semanas, el ejército apoyado por combatientes del Hezbolá y de milicianos pro-régimen, intentan tomar Quseir, bastión rebelde del centro del país que resiste desde hace más de un año. Varias localidades en torno a esta ciudad ya fueron retomadas por las fuerzas del régimen.

Quseir es considerada como una ciudad estratégica ya que se encuentra entre la capital y la costa mediterránea, y además está ubicada cerca de la frontera libanesa.

«Borrar la ciudad del mapa»

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición nacional de la oposición, denunció los «intentos de invadir y borrar la ciudad y a sus habitantes del mapa» y llamó a una reunión de urgencia de la Liga Árabe para «detener esta masacre».

«Le decimos a los países que trabajan para encontrar una solución política [al conflicto] sirio que ignorar esta invasión […] hará que se pierda todo el sentido a cualquier conferencia y cualquier esfuerzo de paz», advirtió el CNS en un comunicado.

Para intentar resolver este conflicto, la comunidad internacional intenta organizar en junio en Ginebra una conferencia de paz que congregue a las grandes potencias, los países árabes, la oposición y el régimen de Damasco.

Esta conferencia debe basarse en la declaración de Ginebra firmada por las grandes potencias en junio de 2012 y que prevé el final de la violencia y un gobierno de transición, aunque no hace referencia a la suerte de Asad, principal punto de discordia entre rusos y estadounidenses.

Moscú, gran aliado de Damasco y a quien proporciona armas, aboga por su mantenimiento hasta la celebración de elecciones, mientras que Washington reclamó en varias ocasiones su partida, algo que la oposición considera una condición imprescindible para cualquier iniciativa de paz.

Sin embargo, en una entrevista concedida a la agencia estatal de noticias argentina Télam y al diario Clarín, el presidente sirio Bashar Al Asad insistió en su negativa de dejar el poder antes del fin de su mandato en 2014 y dio a entender que sería candidato en 2014 a su propia sucesión.

«Renunciar sería huir», declaró Asad quien consideró que «quién debe irse y quién debe permanecer lo determinará el pueblo sirio en las elecciones presidenciales de 2014».

En la entrevista concedida a la prensa argentina, Asad negó que su gobierno hubiera utilizado armas químicas contra la población civil, y afirmó que estas acusaciones eran un pretexto para justificar una intervención extranjera en Siria.

Según el OSDH, 94.000 personas han muerto en este conflicto desde que estalló en marzo de 2011 como una revuelta pacífica contra el régimen, antes de convertirse en una guerra civil.

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