Incesto y mutilaciones en pertubador filme del surcoreano Kim Ki-Duk - 800Noticias
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VENECIA (AFP) – Un año después de haber obtenido el León de Oro en Venecia con el escandaloso «Pietá», el cineasta surcoeano Kim Ki-Duk vuelve a perturbar con «Moebius», una película que incluye escenas de violencia, incesto y mutilaciones, que las autoridades de su país exigieron recortar para autorizar su distribución.

Aplaudido al término de su primer pase este lunes en el festival de Venecia, donde fue estrenado fuera de concurso, el nuevo filme del controvertido maestro asiático no deja indiferente al espectador por ser una oda a la audestrucción, una metáfora cruda, terrible y por momentos grotesca, del sentimiento de culpa y la obsesión por el sexo del mundo moderno.

Con desgarradoras y repetidas escenas de amputaciones de pene, privado de todo diálogo, Kim Ki-Duk escandaliza de nuevo narrando el drama de una familia en crisis por la infidelidad del marido.

«Mis películas son la interpretación del mundo que yo veo», explicó el director, de 53 años, autor del poético «Hierro 3», León de Plata en Venecia en 2004, quien debutó en el 2000 con el crudo «La isla» («Seom») seguido de «Primavera, verano, otoño, invierno … y otra vez primavera».

«Parto del concepto de sexo y lo llevo a extremas consecuencias», explicó el realizador.

Censura y escándalo

Uno de los directores de culto más complejos, que atravesó hace pocos años una larga crisis artística narrada por el mismo en un magnífico documental, tuvo que ceder a las autoridades de su país tras largas negociaciones y eliminar tres minutos de cinta, con más de 20 escenas, para que le permitieran su distribución mundial.

«En Venecia se ha proyectado la versión integral de mi filme», precisó Kin Ki-Duk, quien terminó por aceptar autocensurarse para cumplir las normas de su país que «no puedo ni quiero violar», según reconoció públicamente durante la conferencia de prensa.

«Mi filme ha tenido que superar dos veces la orden de ser retirado. Ahora está purificado, pero no es el mío, el original», agregó.

«Me gustaría sí que se aborde el tema de la censura, creo que es un problema», pidió el renombrado director, cuyos filmes suelen ser elogiados, estudiados y aplaudidos en Europa, mientras en su país suscitan controversia y hasta rechazo.

La historia de una familia retorcida, de un padre agobiado por la culpa que llega a mutilarse el pene y de una madre que por amor acepta el incesto tras haber cercenado el miembro masculino del hijo, es el emblema, para Kim Ki-Duk, «del estado de salud» de la sociedad entera.

«Hoy interrogué a unos veinte periodistas italianos y tuve la demostración de que mi filme no ha sido interpretado como una historia sobre el incesto», contó el realizador, vestido con su tradicional traje coreano color ocre y moño recogido en la cabeza.

«Me piden filmes `limpios´. Pero es que yo no puedo dejar de medir la temperatura a la sociedad, reflejar lo que siento que me dice. No puedo hacerlo de otra manera», explicó.

 

 

 

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