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La gira internacional Mrs. Carter Show World Tour, el concierto que ofreció el pasado viernes en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar la cantante estadounidense Beyoncé, estuvo lleno de estrógeno.

Con tres coristas que la esposa del rapero Jay-Z llama «The Mamas» y una banda conformada por mujeres a cargo de la batería, bajo, guitarra, dos teclados y una sección de metales con dos saxofones y una trompeta, cada nota salió llena de feminismo gracias a unas damas ataviadas con vestidos de cuero negro. Y debe agregarse, ocho bailarinas también acompañaron cada contoneo de la morena.

Who run the world? (Girls) fue la canción que abrió el show a las 10:32 de la noche -tras hora y media de retraso que fue musicalizado por Dj. Kika-, para dejar claro que el poder durante la velada lo tendrían las damas, pese a que entre el público había muchos hombres a los que poco importó imitar, con total desparpajo, cada paso de la «Queen Bee».

Tacones de más de 10 centímetros sostuvieron las coreografías de la cantante estadounidense, cuya influencia de Michael Jackson es innegable, con juegos de luces, humo y videos de altísima producción que se proyectaron en una pantalla que abarcó toda la tarima.

End of time y If I were a boy completaron las primeros tres temas, antes que Beyoncé cambiara de un traje con aplicaciones de perla a uno negro brillante. Los seis cambios de vestuario del show dejaron al descubierto uno de sus mejores atributos: las piernas.

La diva del rhythm and blues decidió dedicar algunos minutos a darle la bienvenida a su público que, debe decirse, no fue tan masivo.

En el área general, no había más de 1.000 personas. Y la zona diamante terminó llenándose después de que algunos compradores de boletos VIP ingresaron a esa área, ya que era el lugar que ofrecía más cercanía a la tarima.

«¡Bienvenidos al Mrs. Carter Show, vamos a divertirnos esta noche!», exclamó para continuar sus coordinados bailes al ritmo de Baby boy y Diva. Para mantener el ambiente bailable continuó con Naugthy girl, Party y Freak um.

Luego vino el segmento pausado del espectáculo, instante que la estadounidense aprovechó para sentarse unos minutos. Se apagaron las luces y se iluminó de azul el centro de escenario para dejar ver un piano de cola, que tocó Rie Tsuji -sí, otra mujer de la banda-, quien dio las notas para la interpretación de la balada 1+1.

Otra canción suave como Irreplaceable permitió a Beyoncé caminar por una pasarela que conectaba la gran tarima con un pequeño escenario para que sus seguidores vieran a la artista más de cerca.

Gracias a los tres guardaespaldas que la acompañaban mientras la artista se desplazaba entre los dos escenarios, se salvó de un tirón de pelo.

«¡Caracas, qué feliz estoy de ver todas esas caras bonitas», dijo antes de cantar Crazy in love, Grown woman y Single Ladies, cuya coreografía fue repetida por casi todo el que estaba presente en la USB.

Para cerrar, interpretó Halo, composición que introdujo con unas líneas a capella de I will always love you, popularizada por la fallecida cantante Whitney Houston. 

 

Información El Universal

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