Batalla legal por la deuda, inesperada fortaleza para el gobierno argentino - 800Noticias
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BUENOS AIRES, (AFP) – La presidenta argentina Cristina Kirchner planteó la batalla legal por la deuda como un dilema entre «patria» o «buitres», como llama a los fondos especulativos, que ha concitado apoyos en un país polarizado y sumido en una recesión económica.

A poco más de un año de las presidenciales y sin posibilidad de reelección, Kirchner transita con dificultades la última fase de más de una década en el poder, periodo iniciado por su esposo, el difunto expresidente Néstor Kirchner en mayo de 2003.

La economía está en declive, la conflictividad social en aumento y existe la tentación de culpar al default de todos los males económicos, opinaron analistas.

El ‘enemigo externo’ le ha venido de perillas para atizar el patriotismo en medio de cierta indiferencia de la población respecto al complejo litigio con los fondos especulativos.

Por el momento es imprevisible el alcance de las consecuencias económicas que puede tener una nueva cesación de pagos cuando aún cicatrizan heridas del default de 2001 por 100.000 millones de dólares.

Sin embargo, hay dos elementos que contrastan con el catastrófico cese de pagos de hace 12 años y el estallido social que lo antecedió: la fortaleza política del gobierno y el desinterés de la población en la disputa.

En términos políticos «hay que subrayar que en 2001 el default se dio en el marco de un debilitamiento de la gobernabilidad, en cambio si lo hubiera hoy, se daría en un contexto político donde el gobierno no deja ningún flanco débil», dijo a la AFP el sociólogo Ricardo Rouvier, de la consultora homónima.

En el plano económico, «las consecuencias negativas de un default, serán utilizadas para influir en la campaña electoral 2015», dijo de su lado Guillermo Pérez Sosto, sociólogo y politólogo de la privada Universidad Torcuato Di Tella.

En su opinión, Argentina ya atraviesa «una situación económica recesiva y de destrucción del empleo y se encamina a un horizonte de recesión y ajuste pase lo que pase en el litigio por la deuda».

«Es posible que el gobierno vea la oportunidad de echarle la culpa de todo esto al default», indicó Pérez Sosto.

Patria o buitres 

En lo político el gobierno «plantea el problema como un tema de opción entre patria o buitres y eso pone en dificultades a la oposición porque no hay espacio para ponerse a favor de los buitres», afirmó Rouvier.

La consigna «patria o buitres» se repite en el discurso del gobierno y también figura en afiches que empapelan Buenos Aires.

«El gobierno ha planteado la bipolaridad en esta situación como en otras luchas, la del campo por ejemplo» al aludir a la pelea de 2008 con las patronales agrarias a las cuales intentó sin éxito elevar impuestos a las exportaciones.

Aquella lucha le valió a Kirchner una dura derrota en las legislativas de 2009, cuando perdió el control de ambas cámaras dos años después de haber llegado a la presidencia con 45% de los votos.

Un sondeo de la firma Poliarquía difundido la semana pasada, reveló que casi «el 50% de los consultados apoya el modo en el que Cristina Kirchner está lidiando con los ‘holdouts'» y apenas el 25% lo evalúa como negativo.

El mismo sondeo realizado hace un mes, registraba que la evaluación positiva era del 38% y la negativa, del 31%.

«A muchos les gusta esto de patria o buitre, sin saber que después se pueden quedar sin trabajo», advirtió la diputada opositora de la Coalición Cívica Elisa Carrió.

Frente al default «la estrategia del gobierno será negarlo, responsabilizando a la justicia estadounidense y los ‘buitres’ del incumplimiento», opinó el analista político Rosendo Fraga al apuntar que mientras la gente rechace a los ‘buitres’ el gobierno puede capitalizarlo a su favor.

Mancha al legado kirchnerista

Resolver la deuda heredada del default de 2001, que representaba el 166% del Producto Interno Bruto, fue uno de los pilares del gobierno y ha sido resaltado por la presidenta como un logro de su gestión.

Mediante los canjes de 2005 y 2010, Argentina bajó el endeudamiento al 40% del PIB (unos 137.000 millones de dólares), según datos oficiales.

«Un default puede manchar el legado de la presidenta Cristina Kirchner», dijo Carlos Caicedo, analista principal de la firma de información económica IHS.

Según Caicedo «el partido político que recibió al país en default en 2003 y empujó al default 11 años después, podría ser castigado por los votantes» en las elecciones de 2015.

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