Bachelet lanza reforma laboral que acaba con código dictado por Pinochet - 800Noticias
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Santiago, Chile | AFP | La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó este lunes un proyecto de ley de reforma laboral que modifica el código del trabajo dictado hace 35 años por Augusto Pinochet, en otra de las acciones transformadoras de su segundo mandato.

El proyecto de ley impide el reemplazo de trabajadores en huelga, consagrado en la legislación de Pinochet y que en la práctica limitaba al extremo el derecho de huelga de los trabajadores chilenos. También restituye la negociación colectiva interempresas.

«Estamos saldando una deuda que teníamos con los trabajadores y trabajadoras de Chile», dijo Bachelet al firmar el proyecto de ley que debe ser discutido ahora en el Congreso.

El proyecto es fuertemente resistido por el empresariado y cuenta con el beneplácito de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la mayor multisindical del país, que lo ve como «un primer paso».

«Tenemos serias y profundas discrepancias» con el proyecto, dijo a periodistas el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz.

La iniciativa «no va por el camino correcto en orden a que no se preocupa de los problemas de todos los trabajadores. Sólo está preocupado de ver cómo le damos más atribuciones y más espacios a la dirigencia sindical», criticó el empresario.

La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, opinó en cambio que «estamos dando un tremendo paso para avanzar en justicia social».

«Esperamos décadas por recuperar el derecho a huelga, sin reemplazos», agregó.

– Baja participación laboral –

La nueva ley modifica el código laboral dictado en 1979 por Pinochet, que redujo la injerencia sindical a su mínima expresión, prohibiendo la negociación colectiva interempresas y validando las huelgas exclusivamente en el marco de la negociación con la empresa, sin hacerlo extensivo, por ejemplo, a temas de carácter social.

La dictadura clausuró además a la CUT y persiguió, torturó, exilió y asesinó a cientos de dirigentes sindicales.

Como consecuencia, hoy la tasa de sindicalización en Chile bordea el 14%, una de las más bajas de América Latina.

La reforma planteada por Bachelet establece que los beneficios obtenidos en la negociación sindical serán sólo para los trabajadores afiliados a los sindicatos, quienes tendrán libertad para ingresar a los sindicatos.

Establece también el derecho de los sindicatos a conocer la información financiera de las empresas y amplía las horas de trabajo sindical para capacitación y formación, entre otros puntos.

«Esta es una reivindicación que tiene más de 30 años, hace 30 años que los trabajadores esperaban avanzar en derechos sociales y no lo habíamos logrado», dijo el presidente del oficialista Partido Socialista, Osvaldo Andrade.

– Otra reforma más –

El proyecto de ley  laboral forma parte de un paquete de iniciativas reformistas que Bachelet planteó para su segundo mandato iniciado en marzo pasado.

Ya fue aprobada una reforma tributaria que, cuando esté plenamente operativa, recaudará unos 8.300 millones de dólares al año para destinarlos a educación y otras iniciativas sociales.

En plena discusión en el Parlamento se encuentra una robusta reforma educativa que busca acabar con otra herencia de la dictadura de Pinochet (1973-1990), que privatizó la mayor parte de la educación escolar y universitaria en Chile.

La reforma educativa busca instaurar la gratuidad a nivel escolar y universitario, acabar con el lucro en las instituciones que reciben aportes del Estado y con la selección de estudiantes.

Sin embargo, y pese a tener una alta adhesión ciudadana, el trámite de esta reforma ha sido más complejo de lo esperado, por las férreas discrepancias con la oposición, tensiones al interior del oficialismo y el escaso respaldo en las calles.

El engorroso trámite ha derribado la popularidad de Bachelet, la que hoy se sitúa en un mínimo del 38%

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