Comedor de la UCV sigue inactivo - 800Noticias
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Caracas.- En lo que va de semestre académico, el comedor de la Universidad Central de Venezuela no ha prestado su servicio a los estudiantes de dicha casa de estudios, denunció el alumno Silvestre Montilla al diario Correo del Orinoco.

La mayor preocupación del estudiante se encuentra en que hasta la fecha no han comenzado las labores de remodelación que anunciaron las autoridades ucevistas, a pesar de que el Ministerio para la Educación Universitaria ya realizó la transferencia de recursos para tal fin.

El viceministro de Políticas Estudiantiles, Jehyson Guzmán, indicó que el ministerio recibió denuncias de los estudiantes sobre la lentitud de los procesos, toda vez que «nosotros levantamos el informe de necesidades para sustituir bandejas, platos, y en cuestión de quince días se transfirieron los recursos a la universidad».

«Condiciones de seguridad deficientes» fue la primera conclusión de la comisión inspectora que se trasladó hasta el comedor de la UCV para verificar el estado de la instalación el 26 de julio de 2013. En el informe emitido con esa misma fecha, aparece la falta de extintores y mangueras contra incendio.

También se identificaron condiciones antihigiénicas en el almacenamiento de alimentos, debido a estantes oxidados, mesones y paredes manchadas, y presencia de roedores en el área de almacenamiento y preparación de las comidas.

«Se detectó grave deterioro en la tubería alimentadora de las marmitas, así como del mobiliario y equipos tecnológicos. Falta de mantenimiento en salas de baño, áreas verdes, canales de drenaje y tanquillas», reza en el informe.

Ante esta situación, Guzmán explicó al rotativo que la comisión procedió a presentar un conjunto de recomendaciones para que fueran ejecutadas en corto, mediano y largo plazo.

«El área de producción de ese comedor no tiene la capacidad suficiente para el número de comensales que debe atender; eso requiere de una participación del Ministerio para largo plazo de modo que se piense en la ampliación del área», señaló el Viceministro.

Soluciones a corto plazo

El Viceministro detalló que una de las principales soluciones recomendadas a corto plazo fue la reparación y recubrimiento de las tuberías de vapor de las marmitas (ollas industriales), que fue valorada en 274.520 bolívares, según presupuesto presentado por las autoridades de la universidad.

Al mismo tiempo se recomendó realizar el mantenimiento menor de las instalaciones, como repintado, impermeabilización, fumigación y desinfección, entre otras. Se precisó la consignación de una solicitud al ministerio de dotación de utensilios de cocina y extintores de incendio.

«Los recursos fueron aprobados y están en la UCV», aseveró el viceministro respecto al dinero requerido para ejecutar las soluciones inmediatas en el comedor y especificó que para los primeros días del mes de octubre fue transferido un poco más de 1,9 millones de bolívares, solo para la inversión a corto plazo y puesta en funcionamiento.

Respecto a los tiempos, el viceministro indicó que se estimó, en el caso de las marmitas, un periodo de una semana: «Así que si los recursos llegaron en octubre, debió haberse comenzado y si no lo han hecho. No hay explicaciones para que no se esté prestando el servicio desde el comedor», señaló.

La contraparte

Amalio Belmonte, secretario general de la UCV, dijo al Correo del Orinoco que el problema fundamental se encuentra en la falla que tienen las marmitas en el sistema de vapor, y que la casa de estudios tenía previsto solventar ese inconveniente en agosto, pero «el ministerio no envió los recursos sino hasta el 6 de octubre, fecha en la cual presuntamente se habían incrementado los costos».

Según Belmonte, en agosto esa reparación costaba mucho menos que en la actualidad. «El presupuesto era unos 270 mil bolívares, pero hoy día son 600 mil, porque la obra lleva aluminio y no se consigue con facilidad. Al no estar los recursos, obviamente no se hizo el trabajo».

El secretario confirmó que recibieron del ministerio 1.974.520,00 millones para las reparaciones inmediatas, de los cuales 274 mil eran para las marmitas.

Ante esta situación, Belmonte anunció que próximamente solicitará un permiso al ministerio para que «del total que nos mandaron se nos autorice trasladar recursos hacia las marmitas».

Por su parte, el encargado del comedor, ingeniero Eduardo Pinto, acotó que el costo de las reparaciones aumentó debido a que «eso se hace con material importado y sujeto a la variación del dólar. Tenemos una oferta de hace tres semanas y con esa es la que estamos trabajando y esperemos que cuando se vaya a montar siga costando 600 mil bolívares; no debemos sorprendernos si hay una variación producto del dólar».

Mientras tanto

Mientras se solventa la situación, los estudiantes reciben un ticket equivalente a 60 bolívares para cambiarlos en los cafetines privados de la universidad. Dos de estos se encargan de proveer el desayuno para un promedio de 650 estudiantes, a un costo de 40 bolívares por unidad. Otros seis atienden un promedio de 2.850 almuerzos a 60 bolívares cada uno.

«Eso ha generado una situación de caos, en la que se invierten hasta tres horas para poder cambiar un tique por un almuerzo. Pero lo peor es que también hemos tenido denuncias de cómo estos tiques circulan hasta con dos días de antelación por parte de gente cercana a la Federación de Centros Universitarios», denunció Silvestre Montilla.

El joven también advirtió sobre presuntas irregularidades en algunos de los cafetines que están prestando el servicio, «como el de la Escuela de Educación, donde dan la comida vieja».

Kristel Velásquez, otra de las estudiantes, asegura que no es la primera vez que sucede esto. «Ahorita hemos estado sufriendo desde el inicio del semestre, un semestre además recortado y al que nos obligó el paro docente impuesto en la universidad, pero la verdad es que ese servicio ha venido decayendo sistemáticamente».

En este sentido, exigió que se presente un cronograma de los trabajos de reparación de la infraestructura del comedor, ya que «no vamos a permitir más abusos por parte de las autoridades, que impusieron un paro que afectó nuestra vida académica y ahora no garantizan las condiciones para que nos mantengamos en la universidad».

Velázquez sostiene que con la aplicación del ticket para reclamar la comida en los cafetines ha empeorado la situación. «Las colas solo para recoger el tique son de unas dos horas, sin contar el traslado a esos cafetines, que impide que personas con discapacidad o compañeros que tienen corto tiempo entre clases no pueden aprovechar el servicio», agregó.

Fuente: AVN

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