¿Sabes cuál es la altura ideal de los tacones para no tener molestias?, aquí te explicamos - 800Noticias
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OHLALÁ

Todas lo sabemos: los tacones estilizan nuestra figura, nos dan altura, alargan nuestras piernas e incluso nos permiten lucir alguna prenda que, de otro modo, no usaríamos. Sin embargo, su abuso y mal uso puede causar diferentes lesiones, especialmente en los tobillos, las rodillas y hasta en la columna. ¿Los motivos? La anatomía del zapato está diseñada con fines estéticos que alteran la biomecánica normal del cuerpo y que en ese camino dejan de lado la salud para ganar en elegancia o presencia.

¿Sabías que cuando estamos en posición erecta, normal y en reposo el peso del cuerpo pasa de la pelvis a cada una de las extremidades y se reparte de manera uniforme entre ambas piernas para llegar al pie? Es decir que una persona de 60 kilos distribuye 30 kilos en cada uno de sus pies, más precisamente, 25 kilos en el talón y 5 kilos en el antepié. Y, cuando nos movemos, el peso del cuerpo pasa en su totalidad de uno a otro pie: 60 kilos en el pie derecho y, en el siguiente paso, 60 en el pie izquierdo. El uso de tacos altera este funcionamiento y equilibrio. Así lo explica el Dr. Carlos Manuel Vilariño, médico especialista en traumatología y ortopedia: «si el taco eleva la altura de la persona en dos centímetros, la distribución del peso cambia y hace que los 60 kilos se distribuyan de la siguiente forma: 50% en el antepié y 50% en el talón. Ahora, si la altura del talón aumenta hasta quedar en posición equino, es decir, totalmente elevado, el peso del cuerpo se aglutina únicamente en la parte anterior del pie. Esta mala distribución del peso corporal ocasiona una sobrecarga sobre un sector de la anatomía que no está preparado para recibir esas fuerzas y provoca alteraciones funcionales y deformaciones progresivas como dolor en el antepié, callosidades en la planta y deformidades en los dedos», indica el profesional.

Pero eso no es todo. Si a la elevación del taco se le suma una modificación en la puntera del zapato, que lo vuelve más angosto y con el extremo puntiagudo, se provoca una deformación de los dedos en sentido lateral y vertical, que muchas veces desembocan en la aparición de los dolorosos juanetes y dedos martillo. ¿La conclusión? «Cuanto más alto y más agudo sea el zapato en su sector anterior, más perjudicial será para la deambulación y el normal funcionamiento del pie. Lo mismo ocurre con el uso de plataformas rígidas y altas que no sólo no permiten la libre movilidad del pie, sino que causan inestabilidad y lesiones traumáticas en el tobillo», añade Vilariño a la revista OHLALÁ.

Entonces ¿qué tipo de calzado debemos usar? El que nos resulte cómodo y no implique un esfuerzo extra para la biomecánica del pie. Desde luego que podemos darnos un gustito y usar nuestros amados tacos pero lo que los expertos recomiendan es que lo hagamos solamente en eventos especiales, fiestas o reuniones sociales y laborales. Es decir, que sean momentos de pocas horas de uso, ya que «el uso prolongado de tacos, plataformas y stilettos puede modificar las bases que sostienen el cuerpo y esto repercute directamente en la columna, produciendo compensaciones y posturas inadecuadas para mantener una biomecánica equilibrada y armónica», aclara el Dr. en Quiropraxia Diego Mellino, Director de La Clínica de la Columna.

¿Y cuál es la medida ideal? Lo ideal es que la altura sea entre 4 y 5 cm, no más, dicen los especialistas en nuestro país. También es importante tener en cuenta que, si hay que usar un taco de mayor altura, no tenemos que llevarlo por mucho tiempo. No hay que esperar a que duelan para sacárselos. Lo mejor es poder llevar a mano unos zapatos de descanso más bajos. ¡Pero ojo! Tampoco son recomendables los calzados extremadamente chatos, ya que «no tienen ninguna contención del arco interno del pie, que es el amortiguador del cuerpo, por lo tanto producen desequilibrios con su uso excesivo o en caminatas largas», asegura Mellino. Lo ideal es usar calzados que den buena contención al pie, que sean acolchonados, de un material flexible, y con una ergonometría que se adapte a la anatomía del pie.

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