Papa Francisco critica el «ensañamiento terapéutico» en enfermos terminales - 800Noticias
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La eutanasia es ilícita para la doctrina de la Iglesia, y eso no cambiará, pero evitar el ensañamiento terapéutico innecesario no significa acabar con la vida de una persona. Esta reflexión, que el Papa Francisco dirigió ayer a los participantes de un congreso médico europeo organizado en el Vaticano sobre las cuestiones relacionadas con el fin de la vida, fue interpretada como una apertura del Pontífice respecto a este delicado argumento. Eso sí, en su discurso el Papa recordó cómo hace ya 60 años Pío XII afirmó que «no es obligatorio emplear siempre todos los medios terapéuticos potencialmente disponibles, y que, en casos determinados, es lícito abstenerse».

El Papa Francisco aseguró literalmente ayer que «no poner en práctica medios desproporcionados o suspender el uso equivale a evitar el ensañamiento terapéutico, es decir, a realizar una acción que tiene un significado ético completamente diferente de la eutanasia». Acto seguido, el Pontífice subrayó que ésta es «siempre ilícita en cuanto se propone interrumpir la vida, procurando la muerte«.

En un mensaje dirigido a los participantes del congreso europeo de la World Medical Association, organizado por la Pontificia Academia para la Vida en el Vaticano, el Papa recordó también cómo el desarrollo de la medicina a lo largo de los años ha permitido acabar con muchas enfermedades y prolongar la vida «en condiciones que en el pasado ni siquiera podían ser imaginadas».

El dolor y la soledad

A veces es posible «mantener funciones biológicas insuficientes o incluso sustituirlas», pero esto «no equivale a promover la salud», puntualizó. Las intervenciones en el cuerpo humano son cada vez «más efectivas pero no siempre son resolutivas». Y es a estos casos concretos a los que se refiere el Pontífice en su discurso. Bergoglio recordó que el Catecismo asegura que renunciando a las curas «no se quiere procurar la muerte», sino que «se acepta no poder impedirla». Una decisión que debe ser valorada conjuntamente por médicos y pacientes, pero que debe ser asumida por éstos últimos, siempre que tengan la capacidad para hacerlo, después de sopesar los tratamientos y su proporcionalidad.

¿Pero cómo reconocer si un tratamiento es proporcionado o no? No existe una regla general, asegura el Papa. Es imprescindible en estos casos un cuidado «discernimiento» de la situación concreta, que tenga en cuenta el objeto moral, las circunstancias y las intenciones de los sujetos involucrados. El Papa destaca además que «la medicina paliativa» es de vital importancia en estos casos porque lucha contra «el dolor y la soledad», que convierten el momento inevitable de la muerte en un trance aún «más angustioso y con más sufrimiento».

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