Obama abre nuevo frente de batalla en la Corte Suprema en año electoral - 800Noticias
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AFP

El presidente Barack Obama dijo que propondrá un candidato para reemplazar a Antonin Scalia, miembro de la Corte Suprema de Estadis Unidos, fallecido el sábado, y abrió así en este año electoral una nueva batalla política con los republicanos, que piden retrasar el nombramiento.

«Pienso cumplir con mis responsabilidades constitucionales», declaró Obama el sábado, descartando los pedidos de la derecha de dejar la designación a su sucesor.

El juez conservador, nombrado en 1986 por el entonces presidente Ronald Reagan, falleció inesperadamente de un ataque al corazón, a los 79 años, en Texas el sábado, 11 meses antes del fin del mandato presidencial de Obama.

Scalia aseguraba un voto conservador en la Corte Suprema. Se oponía al matrimonio homosexual, el aborto y a la reforma nacional del sistema de salud para extender la atención médica.

Hasta la muerte de Scalia, la Corte Suprema de nueve miembros, todos ellos nombrados de forma vitalicia, contaba con cinco conservadores y cuatro liberales. Ahora los cuatro jueces liberales igualan los conservadores.

La idea de que Obama nombre a un liberal para reemplazar a Scalia -y que de este modo haya una mayoría liberal en la máxima instancia judicial del país- ha polarizado aun más la actual campaña electoral para las presidencias en Estados Unidos.

Obama ya ha nombrado a dos jueces liberales para la Corte Suprema, y la designación de un tercero lo transformaría en el presidente más influyente para el Poder Judicial desde el republicano Ronald Reagan.

La costumbre institucional sugiere que Obama anunciará la designación en el curso de las próximas semanas.

La necesaria aprobación del Senado

Luego de este paso, el candidato que propone el presidente deberá ser aprobado por una mayoría en el Senado, que actualmente está dominado por republicanos.

Obama podría elegir a un juez que sea políticamente centrista con el fin de conseguir el apoyo del Senado. Necesitaría el apoyo de cuatro senadores republicanos, suponiendo que puede contar con el voto de los 44 demócratas de la cámara alta del Congreso y la de los dos senadores independientes.

De ser necesario, el voto del vicepresidente estadounidense desempataría la votación.

Obama también podría nominar a un juez ideológicamente más afín a la base del Partido Demócrata pero sin chances de ser ratificado por el Senado.

Líderes republicanos ya han expresado claramente que no piensan aprobar la elección de Obama.

«Este puesto vacante no debería ser llenado hasta que tengamos un nuevo presidente», expresó el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnel. Pero en ese caso la Corte Suprema tendría que funcionar con un miembro menos durante casi un año, pues las elecciones presidenciales se celebrarán el 8 de noviembre y el nuevo presidente asumirá recién en enero de 2017.

La posición privilegiada de Ted Cruz

Los republicanos podrán hacer uso de su poder dentro de la comisión Judicial del Senado para frenar el proceso de nombramiento. Esa comisión debe estudiar la nominación de un nuevo juez antes de ser presentada ante el Senado y podría decidir no pronunciarse, lo cual ha sucedido varias veces en la historia.

En el caso de que esto ocurra, Obama ya ha indicado que optará por exponer a los republicanos a la opinión pública y señalar que estos legisladores están dispuestos a dejar a la Corte Suprema sin su noveno miembro con tal de obstruir el proceso político.

Un hábil escrutinio del nominado en el Senado puede provocar que éste retire su candidatura, tal como fue el caso de Harriet Miers, nominada por George W. Bush, al recibir duras críticas.

En este proceso el candidato republicano a la presidencia Ted Cruz podría salir particularmente favorecido. Cruz es miembro de la comisión Judicial, lo cual le concedería cierto protagonismo a la hora de presionar al candidato con preguntas filosas durante las audiencias públicas.

La Corte Suprema de Estados Unidos ha jugado un papel muy importante en la política interna en los últimos años.

En 2000 frenó un recuento disputado de los votos de la elección presidencial en el estado de Florida, lo cual resultó en la victoria del republicano George W. Bush.

La semana pasada -con el apoyo de Scalia- detuvo la implementación de un importante plan gubernamental contra el calentamiento global.

Si los republicanos logran impedir que se nombre un nuevo miembro, los casos en que el voto en la Corte Suprema salga empatado, serán decididos por los fallos emitidos por las cortes inferiores.

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