Lula y Rousseff acusan a Temer de apropiarse de sus obras - 800Noticias
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EFE

Los expresidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff fueron aclamados este domingo por miles de personas al visitar una obra iniciada durante sus mandatos y que fue inaugurada la semana pasada por el actual mandatario, Michel Temer.

«Vino aquí como si esta obra la hubiera hecho él y es mentira», dijo ante miles de personas Rousseff, quien fue destituida en agosto del año pasado por irregularidades fiscales y sustituida por Temer, que en la época era su vicepresidente.

La obra en cuestión, situada en la localidad de Monteiro, en el estado nororiental de Paraíba, es uno de los canales de trasvase del río San Francisco, un monumental proyecto que llevará agua desde la zona central del país hasta la árida y empobrecida región nordeste y beneficiará directamente a cerca de trece millones de personas.

Rousseff y Lula visitaron uno de los tramos de las obras que fue inaugurado la semana pasada por Temer, quien dijo en ese momento que «la paternidad» del proyecto «es del pueblo, que paga los impuestos y permite que esta y otras obras se hagan realidad»

La exmandataria, quien insistió en equiparar su destitución a un «golpe» de Estado, dijo que un «segundo golpe» está siendo tramado, pero contra una eventual candidatura de Lula a la Presidencia en las elecciones previstas para octubre del año próximo.

Rousseff identificó ese «segundo golpe» contra Lula en lo que calificó de «persecución judicial», en clara alusión a las cinco causas penales en que el expresidente responde actualmente en los tribunales, todas por supuesta corrupción.

Lula, por su parte, afirmó que se siente «orgulloso de haber tenido la valentía necesaria para iniciar este proyecto», de cual dijo que, junto con Rousseff, es «padre, madre, hermano, tío y sobrino».

También aludió a sus alegadas aspiraciones a un tercer mandato presidencial, pero sin confirmar nada, como ha hecho hasta ahora.

«Que nuestros adversarios le pidan a Dios que no sea candidato, porque si lo llego a ser, será para ganar y traer de vuelta la alegría a este país», declaró en medio de ovaciones y cánticos que decían «Lula presidente».

Las obras en el río San Francisco comenzaron en 2007, durante la gestión de Lula, pero aún no han sido totalmente concluidas y sus costes han ido creciendo con los años.

El proyecto fue calificado por Lula en la época como el inicio de una «revolución» para la empobrecida región noreste del país, en la que él nació y que abandonó con su familia aún siendo un niño para «no morir de hambre», como dice siempre que recuerda su infancia.

En su momento, se calculó que costaría 5.000 millones de reales (unos 1.577 millones de dólares hoy) y que sería concluido en unos cuatro años, pero los sucesivos atrasos han elevado ese presupuesto hasta 8.300 millones de reales (2.618 millones de dólares).

El proyecto contempla la construcción de 720 kilómetros de canales para llevar agua a una extensa, árida y deprimida región que sufre agudas y persistentes sequías.

El río San Francisco es el tercero más caudaloso del país, discurre por unos 3.000 kilómetros y las obras para el trasvase fueron resistidas por campesinos y pescadores que viven en sus márgenes y han denunciado el posible impacto ambiental del proyecto, con apoyo de organizaciones ecologistas.

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