«La Playa» de DiCaprio en Tailandia cierra por exceso de turistas - 800Noticias
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Del paraíso al infierno solo hay un paso. El que damos los seres humanos, capaces de arruinarlo todo con nuestro apetito insaciable y el poder destructor de la masa. Eso es lo que le he pasado a la isla de Tailandia que aparecía en la famosa película «La playa», protagonizada hace ya casi dos décadas por Leonardo DiCaprio a las órdenes de Danny Boyle, el director de «Trainspotting» y «Slumdog Millionaire».

Basada en una novela de Alex Garland, la historia giraba en torno a unos jóvenes de aquella «Generación X» de los 90 que huían de la sociedad buscando la libertad y la pureza en una playa perdida del mar de Andamán, en la isla tailandesa de Koh Phi Phi Leh. A ritmo del «pop británico» de Blur y Richard Ashcroft y de la música electrónica de Moby, Underworld y Orbital, sus rebeldes protagonistas descubrían el amor y el sentido de la vida bajo los cocoteros en un paraíso terrenal con aguas cristalinas, finísima arena blanca e interminables plantaciones de marihuana.

El éxito del libro, publicado en 1996, y luego de la película, estrenada en 2000, marcaron a una generación, precisamente la de este corresponsal, que en cuanto pudimos hicimos la mochila para explorar la exótica Tailandia en aquellos primeros tiempos de la globalización. Cuando en 2003 pisé por fin aquella idílica playa que tantas veces había visto en la pantalla, todavía había pocos turistas en Koh Phi Phi. Pero ya se estaban construyendo numerosos bungalós en la jungla y bares en la costa para las hordas que iban a llegar en el futuro, sobre todo tras el tsunami que sacudió al Indico en la Navidad de 2004 y barrió literalmente la isla.

Aunque Phi Phi sobrevivió a las olas gigantes, está a punto de sucumbir por culpa de los 4.000 turistas que llegan a bordo de 200 barcos cada día, que han arrasado sus corales y llenado sus playas de basura. Para evitar que tan preciado ecosistema siga deteriorándose, las autoridades tailandesas cerrarán de junio a octubre la pequeña bahía de Maya, el escenario de la película de DiCaprio.

«Las islas tienen ecosistemas muy frágiles que no pueden soportar tanta gente, la contaminación de los barcos y los hoteles en primera línea de playa. A veces, un cierre completo es el único modo de que la Naturaleza se salve», justificó a la agencia Reuters Thon Thamrongnawasawat, experto marino que asesora al Gobierno tailandés. A tenor de sus cálculos, más de tres cuartas partes de los arrecifes de coral del país están dañados por la subida de las temperaturas en el mar y el turismo incontrolado.

Aunque todos los parques marinos de Tailandia cierran durante las lluvias del monzón, de mayo a octubre, la playa de Maya seguía abierta todo el año por su fama mundial. Para que no muera de éxito, el Departamento de Parques Naturales y Vida Salvaje prohibirá el paso a su bahía durante cuatro meses cada año y, cuando la reabra, solo permitirá 2.000 turistas como máximo. Al igual que en la película, la paradisíaca playa de DiCaprio corre el riesgo de que la volvamos un infierno.

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