La final de la LPB es un asunto familiar para los hermanos Vargas - 800Noticias
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EFE

Unidos por la sangre y el amor al baloncesto, pero separados de forma momentánea por los colores que defienden, los hermanos José y Gregory Vargas han hecho de la final de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) de Venezuela un asunto familiar.

Ambos jugaron y ganaron las finales de 2012, 2014 y 2015 vistiendo la camiseta de los Marinos de Anzoátegui, mientras que en 2013 fueron subcampeones con el mismo club.

Con esas actuaciones José y Gregory igualaron el registro de los hermanos Cruz, Luis y Rodolfo Lairet, quienes ganaron títulos corridos entre 1977 y 1981 con los Guaiqueríes de Margarita en el baloncesto venezolano.

Pero hoy José es pieza de los Guaros de Lara, que dominan 2-0 la serie final 2017 ante los Marinos de Anzoátegui, donde milita Gregory, el menor de los hermanos.

Los Vargas siguen los pasos de otros dos hermanos que se vieron separados en una final del baloncesto venezolano: Ramón «Tulo» Rivero e Yván Olivares.

Rivero y Olivares se enfrentaron en la serie final de la Liga Especial de Baloncesto de 1987, que ganaron los Trotamundos de Carabobo a las Panteras de Miranda.

En el primer duelo de esta serie final Gregory encestó 14 puntos, tomó 5 rebotes y entregó 9 asistencias, pero no pudo evitar que los Guaros remontaran en los últimos 2 minutos del choque y se llevaran el triunfo con pizarra 96-94.

Y en el segundo partido ambos jugadores firmaron una gran actuación, con Gregory marcando 22 unidades y José 17, con 8 rebotes.

Con todo, pese a la destacada labor del menor de los Vargas, el triunfo volvió a ser para los Guaros, con marcador 99-85.

«Nuestra familia está muy contenta porque a ambos se nos den las cosas bien y que, en todo caso, está seguro que el campeonato se quedará con uno de nosotros. A ambos nos alegra ser parte de la historia», dijo José, a quien en Venezuela conocen como «Grillito», al diario larense El Impulso.

La rivalidad dentro de la cancha no ha hecho mella en la relación de ambos, según revela «Grillito» Vargas, un jugador que rechazó a los Medias Blancas de Chicago del béisbol de los Estados Unidos para firmar con el quinteto Panteras de Miranda de su país.

Separados por 4 años -José cuenta 35, mientras que Gregory 31-, para el menor de los Vargas José es un hermano mayor por el que siente respeto y admiración.

Pero este último considera a Gregory como «un hijo mayor», al que metió de lleno en el mundo del baloncesto.

«Por eso nos llevamos tan bien», le dijo José al diario deportivo venezolano Líder.

Los Vargas también pueden presumir de llevar a la selección de Venezuela su éxito a nivel de clubes.

Ambos se colgaron el oro en los campeonatos sudamericanos de 2014 y 2016, que se celebraron en Venezuela, y en 2015 se alzaron con el título del torneo Fiba Américas que se disputó en México.

Ahora los hermanos Vargas volverán a verse las caras este viernes, cuando se dispute el tercer juego de la serie final del baloncesto venezolano en el gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz, sede de los Marinos de Anzoátegui.

Ellos saben que solo uno podrá alzar el título y festejar con sus parciales.

Sin embargo, el festejo en la familia Vargas será el mismo, sin importar quien gane el campeonato.

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