Filipinas quiere paz con China, pero no a cualquier precio - 800Noticias
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EFE

Filipinas tratará por todos los medios de llegar a un acuerdo con Pekín sobre las reclamaciones soberanistas en el mar de China Meridional, pero «hay limites», dijo el ministro de Asuntos Exteriores filipino, Perfecto Yasay, en una entrevista con Efe.

«Estamos dispuestos a hacer un esfuerzo extraordinario para conseguir llegar a un acuerdo, pero sabemos que hay límites», insistió el diplomático.

El contencioso territorial gira entorno al atolón de Scarborough y a parte de las islas Spratly, un archipiélago este último de más de 750 arrecifes, islotes, atolones y cayos cuya soberanía reclaman también, total o parcialmente, Brunéi, Malasia, Taiwán y Vietnam.

El Gobierno de presidente Rodrigo Duterte, investido el 30 de junio, ha lanzado una ofensiva diplomática para retomar el diálogo con China sobre este contencioso después de varios años de críticas cruzadas, de un aumento de la presencia militar y acciones nacionalistas en los territorios disputados.

La Corte Permanente de Arbitraje de la Haya (CPA) falló el 12 de julio en favor de Filipinas, el demandante, y determinó que China no tiene los derechos históricos que reclama sobre la citada área.

El demandado calificó la resolución de la instancia judicial de «ilegal».

«La decisión del Tribunal de Arbitraje es definitiva, inapelable y vinculante», subrayó Yasay, y explicó que el diálogo que quieren entablar con Pekín es «en el contexto de la sentencia del tribunal de arbitraje» y de respeto a las leyes internacionales.

«Somos optimistas en que China va a darse cuenta de que está prácticamente sola en esta lucha en la que intenta reafirmarse en sus reclamaciones territoriales», manifestó el ministro.

«Pero lo más importante que debemos recordar es que todos, por esa decisión de la Corte Permanente de Arbitraje y lo que marca la ley internacional (…), debemos buscar una solución pacífica», destacó el diplomático.

En este sentido, apuntó la posibilidad de poder llegar a un consenso con China para explotar conjuntamente los recursos naturales del territorio que reclaman sin comprometer el derecho sobre la soberanía.

«En la explotación de materias primas, como petróleo o gas, nosotros no tenemos experiencia técnica, pero podemos llegar a un acuerdo para contratar sus servicios y pagarles por ellos», propuso el político.

Yasay restó importancia a las declaraciones de la semana pasada del ministro de Defensa de China, Chang Wanquan, que denunció «amenazas a la seguridad desde el exterior» y exhortó al país a prepararse para «una guerra del pueblo en el mar».

«Bajo estas circunstancias, China no quiere la guerra. Nadie quiere la guerra, nadie quiere usar fuerza ni violencia para imponer sus reclamaciones. Eso sería contraproducente. Todos acabaríamos perdiendo», sostuvo el ministro filipino.

Yasay se mostró comprensivo con la reacción de Pekín al fallo de la Corte Permanente de Arbitraje, al anunciar que desacatará la sentencia y que enviará aviones de combate a patrullar «sus islas» en el mar de China Meridional.

«Demos a China espacio para respirar. Cuando pase la tormenta, verán de forma más clara la manera en la que tienen que actuar (…) Siempre hay un periodo inicial de negación, y esto también puede pasarle a las naciones», opinó el diplomático.

El ministro, aunque comprometido con buscar una solución negociada, no descartó completamente la posibilidad de un enfrentamiento armado, pero aseguró que «no será a iniciativa de Filipinas».

«Siempre hemos estado preparados (para un conflicto). Aunque la gente nos vea como una nación pequeña contra una grande, nuestra gente está preparada y es gente patriótica», afirmó Yasay.

Filipinas ha firmado acuerdos estratégicos con Estados Unidos, Japón y Vietnam para contrarrestar la presencia china.

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