Empresa china Geely se convierte en el mayor accionista de Daimler-Mercedes - 800Noticias
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Alemania está tiritando, pero no por culpa de la gélida borrasca siberiana Emma sino debido al audaz movimiento de la empresa china Geely, que anunció la compra de acciones de Daimler-Mercedes por valor de 9.000 millones de dólares que la convierte en el mayor accionista del emblemático grupo automovilístico alemán. La identidad de la economía nacional alemana está ligada a este sector desde que Karl Benz y Gottlieb Daimler lanzasen sus prototipos, a finales del siglo XIX, y sobre él se ha mantenido la industria alemana durante el azaroso siglo XX. El hecho de que empresas competidores de países con sistemas productivos mucho más baratos se hagan con semejantes posiciones de influencia sobre firmas alemanas ha hecho saltar todas las alarmas y el asunto será debatido hoy en el pleno del Bundestag, el parlamento alemán, para calibrar la respuesta que debe dar el gobierno a movimientos accionariales como este.

El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, ha invitado a tomar esta posición de Geely como “una oportunidad”, tratando de apaciguar los ánimos. “Si yo fuera Daimler, reflexionaría sobre la utilidad de tener a bordo a un colaborador como ese”, ha dicho, consciente de que el gobierno de Berlín no puede enviar señales que indiquen a los mercados que se ponen restricciones a las inversiones extranjeras en este país. “Lo importante es garantizar que las empresas alemanas tengan la misma libertad de acceso al mercado chino”, ha dicho el ministro, sin abandonar la corrección política. Pero a nadie escapa que hay inversiones e inversiones. Otra cosa sería que firmas californianas como Google o Tesla, punteras en el desarrollo de lo que en el sector alemán se denomina familiarmente como “teléfono sobre ruedas”, tomasen posiciones bursátiles de este tipo, garantizando seguramente el puesto número uno para la industria alemana del automóvil durante las próximas décadas gracias al aporte tecnológico. Pero lo que está sucediendo es exactamente lo contrario: China busca acceso a los avances tecnológicos y las innovaciones que han sido desarrolladas en Alemania para un sector productivo de bajo coste.

Otro aspecto de la operación que genera desconfianza es su financiación. Geely ha dedicado un serio esfuerzo en mantener opaca la identidad de los bancos que la financian y bajo qué condiciones, por lo que en el sector se sospecha que podrían estar detrás de ella bancos estatales chinos. Geely, que ya es dueña de la sueca Volvo y la inglesa London Taxi Company, acaba de adquirir el 9,7% de participación accionaria de Daimler soportada por una opaca estructura de derivados financieros, lo que podría estar otorgando al gobierno de China una capacidad de influencia sobre la economía alemana que genera dudas.

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