El atún muy apreciado en la cocina y bajo mínimos en los océanos - 800Noticias
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EFE

El atún, uno de los peces más majestuosos y rápidos del océano y que es apreciado en las cocinas de todo el mundo, se encuentra bajo mínimos a causa de la sobrepesca, lo que ha llevado a las Naciones Unidas a impulsar el Día Mundial del Atún, que se celebra este jueves.

La ONU calcula que cada año se pescan unos siete millones de toneladas de atún y especies de la familia del atún, que constituyen el 20 % del valor de mercado de toda la pesca mundial y más del 8 % del valor de todo el comercio de pescados y mariscos (incluyendo los provenientes de piscifactorías).

«La especie más amenazada es el atún rojo, que se encuentra en peligro de extinción. Tarda mucho más en alcanzar la edad adulta que otras especies similares y es mucho menos abundante en los océanos», explicó en una entrevista con Efe la directora de pesca internacional de la ONG The Pew Charitable Trusts, Amanda Nickson.

El atún rojo es el preferido en la elaboración de platos tradicionales de la cocina japonesa como el sushi o el sashimi, y el pasado mes de enero el propietario de una cadena de restaurantes pagó en una subasta en Tokio un precio récord de 333,6 millones de yenes (más de 3 millones de dólares) por un ejemplar de 278 kilos.

El elevado precio que se paga en los mercados resulta un gran incentivo para la pesca (en muchas ocasiones ilegal, es decir, no respetando las cuotas nacionales o internacionales) de esta especie en peligro de extinción, cuya población en el Pacífico ha mermado en un 96 % con respecto a los niveles a los que estaría si no se pescase.

«En cuanto a la población del Atlántico y el Mediterráneo, parece que se está empezando a recuperar después de años de sufrir sobrepesca, pero su población todavía se encuentra por debajo de los niveles que pueden considerarse saludables», apuntó Nickson.

Al ser peces migratorios que cruzan aguas nacionales e internacionales, su gestión tiene que hacerse desde la coordinación de varios organismos, y en la actualidad hay cinco tratados internacionales que regulan la pesca de estos peces, cada uno centrado en distintas especies o regiones del mundo.

España, Ecuador y México son tres de los países que más atún y especies similares como el bonito pescan en el mundo, aunque la clasificación mundial la lideran, a una gran distancia, naciones asiáticas: Japón, en primer lugar, con una pesca que casi duplica a la segunda, Taiwán, y Corea del Sur, en tercera posición.

Tras el atún rojo, las dos principales especies de atún claro son las siguientes más amenazadas: el patudo o atún de ojos grandes, que habita en aguas tropicales y templadas (ausente en el Mediterráneo) y el atún de aleta amarilla, que es el más habitual cuando se consume sushi o sashimi en restaurantes de Europa o EEUU.

«Uno de los grandes problemas con el atún claro es que a los ejemplares jóvenes de patudo y aleta amarilla les gusta nadar junto a bonitos adultos, de manera que cuando se quiere pescar bonitos, en muchas ocasiones se produce captura accesoria de estos ejemplares, es decir, se pescan por accidente», explicó la experta.

Según el análisis más reciente de The Pew Charitable Trusts, publicado esta misma semana, alertó ante la posibilidad de que el patudo en el Atlántico haya prácticamente desaparecido en 2033.

Mención aparte merecen otras dos grandes familias de atunes o especies similares, el atún blanco y el bonito, que ya sea por su menor aprecio culinario (en el caso del atún blanco) o por ser peces más abundantes, pequeños y que alcanzan la madurez más rápidamente (bonitos), su estado de conservación es menos preocupante.

«Aunque se le pesque en abundancia, el bonito tiene una población muy resistente. No se considera que actualmente sufra sobrepesca, pero eso sí, los científicos ya alertan de que se vislumbra el umbral de sostenibilidad», apuntó Nickson sobre esta especie que normalmente es la que se encuentra al comprar atún enlatado.

Para la experta, la solución para evitar la desaparición de los atunes en el océano es simple: las decisiones sobre las cuotas de pesca del atún tienen que tomarse en base a criterios científicos y no políticos, algo que, a su juicio, muchas veces no ocurre en la actualidad.

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