Criminólogo Fermín Mármol García: “Impunidad aumenta los niveles de perversidad” - 800Noticias
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Con información de Panorama

La frialdad del asesino excedió los límites. Cometer el crimen y luego hacerse el dolido está prevaleciendo más que la  culpa de haber cometido un asesinato.

El criminologo Fermín Mármol García explica que esto forma parte de la perversidad que el homicida ha adquirido por la descomposición social y el primitivismo al que está sometida la población venezolana basado en el irrespeto y alejado de las buenas costumbres.

“En Venezuela estamos viviendo un alto índice de inseguridad, donde de cada 100 homicidios son castigados apenas seis, los 94 restantes quedan impunes. Esto pasa a ser un aliado perfecto, entre la descomposición social y la perversidad del criminal para cometer asesinatos que cada día son más atroces”, sostiene Mármol García.

En los últimos meses la población zuliana se ha visto sacudida por homicidios, en los que el descaro  y la frialdad pasan a ser los protagonistas. Van de la mano con el propio autor material y en otros casos el intelectual. El asesino asiste a velorios, observa la escena del crimen e incluso recibe el pésame con lágrimas que corren por sus mejillas. Todo esto  forma parte de una farsa.

Dentro del campo de la  psicología criminal, según Mármol García, estos casos tienen una explicación clara y sencilla.  “El asesino se vuelve perverso y goza del daño ocasionado. Psicológicamente revive la escena y eso le proporciona un disfrute”, señaló.

En la mayoría de los casos el victimario es un familiar o un amigo que se hace pasar como “el bueno”, ese en el que se puede confiar. Todo esto para pasar desapercibido.

“El delincuente ocasional se viene estructurando desde sus raíces familiares por la falta de una buena cultura, donde se ha fomentado el irrespeto a las leyes y una violencia extrema”, explica el criminólogo.

“Quien está detrás del crimen piensa fríamente y se satisface al ver el dolor de familiares y al revivir la escena del homicidio. Como ya no puede hacer más daño busca placer  observando a su víctima indefensa y neutralizada”, añadió.

En la frialdad del asesino al hacer acto de presencia en los procesos legales y fúnebres de su víctima también entran en juego otros factores.

“El homicida superficialmente quiere pasar desapercibido ante los ojos de quienes buscan un culpable al mal que le hicieron a su pariente. Puede observar desde lejos, puede camuflajearse entre los afectados e incluso es capaz de brindar declaraciones como si no tuviera nada que ver”, explicó Mármol.

Uno de los propósitos del homicida, según el criminólogo, es evadir a las autoridades al momento de realizar las investigaciones concernientes al caso.

“Quiere pasar como inocente y que no lo vean como el malo. De esta manera busca engañar a todos  para que al momento de quedar al descubierto, incluso aboguen por él y lo defiendan ante las autoridades, porque supuestamente es inocente de lo que se le culpa”, sostuvo.

La historia del “frío y dolido” victimario se derrumba fácilmente. Las investigaciones de los sabuesos siempre terminan en el punto inicial del plan creado por el asesino para cometer el crimen. Se descubre toda la patraña. Al homicida no le queda más que confesar los hechos y termina tras las rejas de una cárcel.

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Caso Bruno Allio 
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Muerte de Olga Pineda
El marido preso por muerte  de abogada 

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