¡Con tiempo! Lo que debe saber si quiere ir al Mundial de Rusia - 800Noticias
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Si usted es un fanático del fútbol y desea ir a Rusia el año próximo, pues debe irse preparando con suficiente antelación. Descubrirá un país inagotable en cultura y paisajes, lleno de contrastes y gente amable.

Hoy mucha gente joven habla inglés pero sino, con buena actitud, se puede hacer entender igual. El idioma no es el problema sino la actitud que uno lleve.

Lo que sí es importante, es que es un país muy apegado a las normas. Las reglas están y son para cumplir. Dentro de las reglas, siempre le darán la razón; si se aparta, no tiene posibilidades.

En Rusia no hay piquetes ni grafittis en las paredes, las ciudades están impecablemente limpias y las calles se cruzan por donde corresponde, es decir, por el paso peatonal. Si no lo hace, ningún automovilista se tomará el trabajo de esquivarlo.

Las grandes avenidas tienen pocos cruces en superficie. En general son pasajes subterráneos que están marcados con el símbolo de una persona bajando una escalera. Están bien iluminados, son seguros y, en muchos hay pequeños comercios de suvenires, panaderías o quioscos para comprar algo al pasar.

En Moscú

Moscú es una ciudad fascinante, con mil años de historia y bellas iglesias ortodoxas antiguas. Pero, al primer impacto, sencillamente aplasta por sus proporciones. Las avenidas pueden tener hasta 16 carriles, los edificios ocupan todo el largo de una cuadra, puede pasarse dos minutos en una escalera mecánica rápida para bajar de la estación hasta el andén del subte y cuando llega el tren, parece que se abrieran compuertas y sale una marejada de gente siempre apurada.

Todo eso, puede apabullar. Pero si uno se aparta de las avenidas y camina por las calles laterales descubrirá una ciudad totalmente diferente, incluso con otro ritmo, de baja altura, con muchas iglesias y monasterios, y amplios espacios verdes.

En esos barrios del centro predomina una arquitectura de dos o tres pisos en verdeagua y amarillo, con las molduras de los edificios resaltadas en blanco, que contrasta bruscamente con las moles soviéticas de las avenidas.

La Venecia del Norte

Moscú no siempre fue capital y alternó su liderazgo con San Petersburgo, donde estuvo asentada la monarquía por más de 200 años.

Ambas ciudades son muy distintas, con mucho carácter, y para empezar a conocerlas hay que dedicarle una semana a cada una como mínimo.

San Petersburgo es la ciudad imperial, de aspecto europeo, pero espíritu profundamente ruso. Es hogar de uno de los museos de pintura más grandes del mundo, el Hermitage, con 2,7 millones de obras de arte distribuidas 420 salas. La llamaban la Venecia del Norte por sus canales, tiene bellos palacios en el éjido urbano y en las afueras, y ha convertido en museos las viviendas de muchos de sus escritores y músicos como Dostoievsky o Rimsky Korsakov.

De la misma manera que en Moscú hay que dedicarle por lo menos una tarde a la Plaza Roja y al Kremlin, en San Petersburgo hay que tomarse un día entero para ir a Petrovoretz (o Peterhoff, según su nombre alemán). Es un paseo absolutamente imperdible. Está a 40 minutos de la ciudad, y se puede ir en bus o aliscafo. Se trata de un predio de cinco hectáreas con más de 20 edificios para visitar y jardines más grandes y suntuosos que los de Versailles, con decenas de fuentes doradas y esculturas.

En ambas ciudades al igual que en Kazán, otra de las sedes mundialistas, hay paseos por el río en catamarán, que duran entre una hora y dos horas y constituyen un corte placentero a las largas caminatas. Cuestan alrededor de 700 rublos por persona, hay cafetería a bordo y en algunos, restaurante. Pero ¡prepárese a la música a todo volumen! Así es en general en Rusia.

Comida sana y rica sopa

Los restaurantes de Moscú y San Petersburgo son baratos y hay cadenas de cafeterías que ofrecen también comida o menús, no sólo cosas dulces. En las ciudades del interior, el precio será, incluso, un poco menor.

En los supermercados se venden ensaladas y comidas preparadas de excelente calidad. Cuentan con microondas y uno puede pedir que las calienten. También hay minimercados, los «producti», que están abiertos en general las 24 horas. Ahí se suele vender comida por peso, lo que es una excelente solución para no ir dos veces por día a un restaurante ni pasársela a sándwiches.

La comida rusa es sana y sabrosa, pero no picante. Tienen variedad de panes -especialmente negro-, muchos embutidos, les encanta la crema en la pastelería, y preparan variedad de sopas, siendo la más conocida el borsch, que se hace con remolacha.

El lobo Zabivaka, mascota del mundial
El lobo Zabivaka, mascota del mundial.  

Dónde dormir

En los hoteles de más de tres estrellas hay personal que habla inglés y, en muchos lugares, incluso español.

En las cadenas europeas o estadounidenses, todo es mucho más estandarizado, de acuerdo con las marcas; los hoteles rusos tienen otra idiosincracia, pero eso no significa que tengan peor servicio. Por ejemplo, nadie se va a sorprender en un hotel ruso que un pasajero entre con alimentos para comer en la habitación (incluso en los de menos estrellas hasta puede pedir vajilla y devolverla al día siguiente). Y en los restaurantes se va a encontrar con largas mesas (muchas veces compartidas) y una abundancia de comida que roza el exceso.

Sólo rublos

La moneda es el rublo y se aceptan todas las tarjetas de crédito internacionales. Pero no es común que un comercio o un taxi acepte euros o dólares en billete. Incluso en los hoteles en general prefieren rublos a dólares. Así que más allá del uso de la tarjeta, es más práctico llevar siempre rublos en la billetera.

En el aeropuerto al que llegue use sus tarjetas de débito o crédito para extraer rublos de los cajeros automáticos. Tienen una distribución amplísima en toda Rusia y son seguros, así que si tiene una tarjeta, nunca se va a quedar sin dinero efectivo. Sino, puede cambiar moneda en las casas de cambio, en los aeropuertos o las ciudades (tiene comisión).

Cómo moverse

El transporte público en Rusia es eficiente y rápido. En las grandes ciudades tiene una cobertura amplísima y se paga con tarjetas que se expenden, por ejemplo, en las estaciones de subte. Estas pueden ser recargables, de pocos viajes o de uno solo. Si es recargable, el costo del pasaje es más barato. En Moscú la tarjeta es la Troika card que se puede utilizar en subte, colectivos, tranvías. En ciudades del interior se puede pagar con monedas. En estos casos, tanto tranvías como colectivos llevan vuelto y se les paga a ellos.

Si prefiere moverse en taxi lo primero que hay que hacer es comprar un chip ruso para el teléfono. Varias compañías brindan el servicio (Beeline, Megafon o MTC), con locales en los aeropuertos, shoppings o distintos puntos de las ciudades. Hay que presentar el pasaporte para comprarlo. Es un servicio muy barato: 400 rublos por una tarjeta prepaga mensual (y se conservan en el teléfono los contactos de WhatsApp del chip argentino). Si prefiere cargar una tablet para ver en detalle el mapa de la ciudad y que lo guíe en las caminatas, póngale otro chip de Internet y tendrá todo a su alcance.

Los taxis comunes (amarillos) son caros. Pero hay varias aplicaciones de compañías tipo Uber que los vuelve sumamente accesibles. Las más importantes son RUtaxi y Yandex taxi.

En precios, un viaje desde el centro de Moscú al aeropuerto en taxi amarillo cuesta alrededor de 2500 rublos. Con los taxis de las aplicaciones móviles, el precio baja a 750. Las app de las distintas compañías son similares y están en inglés (probablemente para el año próximo también les incorporarán otros idiomas). Al consultar por un viaje la compañía avisa el precio y una vez que el pasajero lo confirma, le comunican por escrito el tipo de auto, color y patente que pasará a buscarlo. Finalmente, si se desencuentra con el chofer, hay un «botón de pánico» para indicarle al conductor exactamente dónde está parado Ud. (sobre todo en lugares amplios o muy concurridos como estaciones de tren o parques).

Algunos datos básicos

Rusia es un país seguro. No suele haber arrebatos ni mayores episodios de inseguridad en la calle.

Un peso argentino equivale a 3,3 rublos. Un dólar, 57 rublos.

No se requieren vacunas y los argentinos no necesitan visa.

Las tarjetas de crédito internacionales están ampliamente difundidas. Cualquier compra de pasajes se puede hacer por la web con tarjeta, de manera segura..

Se puede reservar alojamiento (hotel o departamentos) por Internet, con los buscadores corrientes. Lo mismo, para los pasajes aéreos o de tren de larga distancia.

Las dos aerolíneas rusas más grandes son Aeroflot y S7. Ambas tienen buen servicio y cuentan con sus propias empresas low cost. Los vuelos internos son baratos si los reserva con suficiente antelación (2 o 3 meses).

Si tiene que hacer combinación de vuelos en Moscú, verifique el aeropuerto de salida. Moscú tiene tres aeropuertos principales: Sheremetevo, Vnukovo y Domodedovo. Y no están cerca uno de otro.

Los pasajes de tren de larga distancia también se pueden sacar por Internet. La página oficial es http://pass.rzd.ru/main-pass/public/en (en ruso e inglés). Hay varias más pero son agencias que cobran comisión. La oficial no la cobra. Recuerde que el sistema de trenes se maneja siempre con la hora de Moscú.

Se puede llegar a Rusia en tren desde varias ciudades europeas.

No lleve ropa demás. En Rusia encontrará mejores precios y calidad.

No prejuzgue por la entrada de hoteles y comercios. Pueden verse muy básicos, sin necesariamente ser así.

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