Cómo la disputa entre los hermanos Fujimori le dio la estocada final a Kuczynski - 800Noticias
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Con información de BBC Mundo

El poder de la dinastía política Fujimori en Perú se hace visible hasta cuando pelean entre ellos.

Una muestra de eso es que la fuerte disputa entre los hermanos Keiko y Kenji Fujimori acaba de dar la estocada final a la accidentada presidencia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), quien presentó su renuncia ante el congreso este miércoles.

El mandatario dio un paso al costado horas después de que Fuerza Popular, el partido de la primogénita del expresidente Alberto Fujimori, presentara unos videos y audios en los que se ve a su hermano Kenji y otros congresistas en presuntas negociaciones para lograr votos de parlamentarios en contra de la destitución de PPK.

Kuczynski

La aparición de esas filmaciones es considerada como la «jugada maestra» que acabó con las posibilidades de Kuczynski de seguir en el poder.

El mandatario debía afrontar este jueves una proposición de vacancia «por incapacidad moral» ante un Congreso mayoritariamente opositor y en el que contaba sólo con el respaldo de parte de la bancada oficialista, más Kenji Fujimori y sus aliados. Ahora, ese Congreso deberá discutir si acepta o no la renuncia.

La aparición de los videos terminó de inclinar la balanza en contra de PPK y no le dejó más opción que irse por iniciativa propia o esperar a que el Congreso lo destituyera

El prisionero del fujimorismo

Pedro Pablo Kuczynski ya había sobrevivido a un pedido de vacancia en diciembre del año pasado, cuando después de que una empresa suya y uno de sus socios fueran involucrados en un escándalo de pagos y negociados con la constructora brasileña Odebrecht.

En aquella oportunidad, PPK se salvó en buena medida gracias a que Kenji Fujimori y un grupo de congresistas leales a él se desmarcaron de la bancada liderada por Keiko, impulsora de la vacancia.

KeikoEl partido político de Keiko Fujimori es considerado el gran impulsor de la salida de PPK de la presidencia.

Un par de días después, en la víspera de Navidad, Kuczynski indultó al patriarca de la familia, Alberto Fujimori, lo que muchos interpretaron como el pago de un favor.

Ese episodio de ruptura entre los dos hermanos es interpretado por el sociólogo peruano Víctor Perales como el momento en que quedan en evidencia los conflictos de intereses en el movimiento fujimorista.

«Kenji apostó por liberar a su padre, mientras Keiko esperaba lograr un reposicionamiento político con la salida de Kuczynski», explica en conversación con BBC Mundo el estudioso del fenómeno de los Fujimori en Perú.

Perales añade, sin embargo, que PPK fue «prisionero del fujimorismo» desde el principio mismo de su gestión y que el «indulto pactado» a favor del patriarca de la dinastía no lo liberó de ello.

«Kuczynski gana porque concentra al voto antifujimorista, pero el Congreso tenía una amplia mayoría del fujimorismo y por ello su gobernabilidad estuvo condicionada permanentemente», señala.

El sociólogo apunta que en el corto mandato de PPK hubo varias interpelaciones, renuncias y crisis políticas azuzadas siempre por los fujimoristas.

«Se vuelve prisionero del fujimorismo por la forma en la que está la correlación de fuerzas en la política peruana«, concluye.

Los «keikovideos»: la jugada maestra

KenjiKenji es considerado el líder del ala que pactó a favor del indulto a su padre.

Pese a que Kenji logró frenar en diciembre los afanes de Keiko de lograr el cese de PPK, ese episodio es considerado por el politólogo Carlos Meléndez como el prolegómeno inmediato a la renuncia presidencial de este miércoles.

«Kuczynski decidió pactar con el ala ‘albertista’ (representada por Kenji), con la que acordó el indulto y que es el antecedente inmediato a esta crisis», explica el experto miembro del colectivo de análisis político peruano 50+1.

Sin embargo, aquel gesto a favor del padre de los hermanos enfrentados apenas le dio unos meses más de aire al mandatario y no hizo retroceder a la primogénita en sus intenciones de precipitar la salida de PPK de la presidencia.

Por ello, explica Meléndez a BBC Mundo, la dimisión se produce a través de un «escándalo político y mediático» provocado por los videos que hizo públicos el partido de Keiko, los llamados «keikovideos».

La jugada -que algunos medios peruanos compararon con los videos divulgados a finales de 2000 que mostraban a Vladimiro Montesinos comprando apoyos en el Congreso para el entonces presidente Alberto Fujimori- tuvo tal efecto que incluso algunos miembros de la bancada oficialista señalaron que votarían a favor de la vacancia de PPK si este no renunciaba por iniciativa propia.

Keiko, Alberto y Kenji FujimoriOtros tiempos. Keiko y Kenji al lado de su padre en 2012.

El diario El Comercio señaló que antes de la publicación de los «keikovideos» no existía la cantidad suficiente de votos para garantizar la salida de Kuczynski en el Congreso, pero que después de su aparición la cifra necesaria había sido rebasada ampliamente.

Similar cambio de posición se habría producido, según el medio peruano, en el interior del gabinete de PPK.

El fujimorismo vigente

¿Cómo es posible que una pelea entre dos miembros de un mismo movimiento político, que además son hermanos, pueda precipitar una renuncia presidencial?

La respuesta de los analistas es que se trata de una muestra de la vigencia y poder que tiene el fujimorismo en Perú.

«En el interior del fujimorismo hay fuerzas enfrentadas y divididas, pero sigue siendo el único movimiento político establecido en Perú», afirma el politólogo Carlos Meléndez.

PPK y Keiko FujimoriLa renuncia de Kuszynski se da después de un año y ocho meses de que asumió la presidencia.

Añade, además, que se trata de «la única fuerza organizada en el país y que tiene apoyo sólido», mientras que el antifujimorismo no se expresa en partidos políticos, sino en otros espacios como los medios y en los líderes de opinión.

Por su parte, el sociólogo Víctor Perales explica que todo se debe a que «Fujimori hizo todo un aparato para resaltar su imagen, entregaba obras a diestra y siniestra, y por eso tiene mucha conexión con amplios sectores de los estratos populares peruanos».

«Su voto cautivo (del fujimorismo) sigue siendo del 25% y se ha visto expresado en las últimas tres o cuatro elecciones peruanas«, concluye.

En junio de 2016, la victoria de PPK fue considerada (y celebrada) por muchos como el triunfo del antifujimorismo sobre el movimiento fujimorista en Perú.

Un año y nueve meses después, esta dinastía política demostró que no fue realmente así.

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