4. Terminar el plato con estilo. En en caso de la paella, una vez incorporado el arroz y distribuido de forma pareja sobre la paila, no se toca. No hace falta revolver. Al llegar a hervor, el fuego se baja hasta lograr un arroz cocido, desgranado y muy saborizado.

La paella perfecta será una con arroz al dente y el socarrat en el fondo. En el caso de los risottos, se termina agregando manteca y un buen queso como Parmesano. En el caso de los arroces, no es necesario revolver constantemente y, en general, se los termina con aceite de oliva o un aceite aromatizado, aunque la manteca y el queso también pueden dar el toque final.

5. No olvidarse de utilizar estos ingredientes. Siempre se debe agregar alguna especie para darle fuerza a un arroz y no siempre deben ser las más caras como el azafrán: se puede usar cúrcuma -con cuidado, porque es muy fuerte-, pimentón o las tres juntas.

Especialmente en platos con conejo, caracoles, langostinos o cerdo. Los risottos también pueden ser especiados, pero lo usual es elaborarlos con algún ingrediente que les de color y sabor, como un puré de calabaza, remolacha o perejil, por ejemplo.

Es decir, aquí se combina un buen caldo con un producto que de color y sabor. En cambio, en los arroces a la manera española, se combina un buen caldo con especias. En el caso de la paella, no pueden faltar los guisantes, como chauchas y arvejas, la cebolla, el ajo, más especias a elección.

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