Científicos mexicanos cuestionan ética de la edición genética de bebés chinas - 800Noticias
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EFE

Científicos mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuestionaron hoy la ética y la fiabilidad de la edición genética que se hizo recientemente a dos bebés chinas, las cuales nacieron con una protección contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).

En conferencia de prensa, expusieron sus quejas contra el autor del experimento, el investigador chino He Jiankui, por la falta de transparencia en el reporte del mismo y por someter a una modificación del ADN a dos embriones en perfecto estado de salud.

El doctor Ricardo Tapia, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, indicó que una de las principales faltas a la ética biológica es la violación en pequeña medida a la evolución natural del ser humano.

«Por primera vez en la historia de la humanidad un cambio de un gen hecho por el hombre se va a transmitir a toda la descendencia; en este caso, de esas dos niñas, si es que tienen hijos», aseguró Tapia.

Después, matizó que aunque se trata de «modificar la especie humana» se «necesitaría que (el cambio genético) ocurriera en una enorme población», algo que vio inviable.

La otra gran objeción a los métodos de He Jiankui es que no existía la necesidad de curar ninguna enfermedad.

Por su parte, la investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM Rosa Estela Navarro agregó otra preocupación al experimento y es que la técnica utilizada -la CRISPR CAS 9- «todavía no es 100 % precisa».

La técnica consiste en guiar a la proteína CAS 9 mediante una molécula de RNA para que corte y edite la parte del genoma que se desea modificar.

En este caso, se logró desactivar de manera efectiva un gen relacionado con el VIH.

No obstante, la técnica puede cortar otras secuencias del ADN diferentes a las que se pretende modificar, dejando así expuesto al genoma humano.

La eficiencia a la hora de cortar en otros lugares del ADN es del 99 %, precisó Navarro.

El científico chino aseguró que secuenció varias veces el genoma y no se encontró evidencia de que hubiera cortado en otros sitios.

Esta afirmación no termina de tranquilizar a los científicos, ya que la difusión fue a través de un video de Youtube y no se reportó como suele hacerse en estos casos a revistas científicas como Science o Nature, que respaldan la legitimidad de la investigación.

Pero al margen de que se requiere una mayor precisión en la explicación del proceso, la historia presenta un cariz emocional que parece debilitar las críticas hacia el osado científico asiático.

Según contó Tapia, el padre de las gemelas estaba enfermo de sida, por lo que su miedo era transmitir a sus hijas dicha carga. Entonces contactó con He Jiankui para lograr esta suerte de vacuna genética.

«Planteado así, no hay violación ética, está haciendo algo para facilitar que esta pareja de niñas cuyo padre está infectado del sida queden protegidas», reflexionó Tapia.

Pero agregó: «Ya hay muchísimos tratamientos para el sida, ¿para qué un experimento de este tipo?».

Por lo que respecta a He Jiankui, en los últimos días numerosos medios han reportado que se desconoce su paradero. La polémica sigue servida.

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