Carlos Sainz triunfa en el Dakar «más duro» de Sudamérica - 800Noticias
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EFE

El español Carlos Sainz (Peugeot) ganó hoy el Dakar por segunda vez en su carrera, y lo hizo en la cuadragésima edición del rally, la décima que se celebra en Sudamérica, considerada la más dura de la última década, en la que menos de la mitad de los pilotos que tomaron la salida pudieron acabarlo.

A diferencia de su primer Dakar ganado en 2010, cuando la ventaja que obtuvo sobre el catarí Nasser Al-Attiyah fue muy ajustada, esta vez el español lo ganó con un amplio margen sobre sus rivales, con el piloto árabe nuevamente en segundo lugar, pero a una distancia de más de 44 minutos.

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Con su triunfo, Sainz salvó el honor de Peugeot, que comenzó la carrera con cuatro coches muy superiores al resto y el objetivo de copar el podio como lo hizo el año pasado, pero la marca francesa se tuvo que conformar con la primera posición del español, seguido de los Toyota de Al-Attiyah y del sudafricano Giniel De Villiers.

El madrileño completó un Dakar casi redondo, en el que por primera vez en seis años no tuvo ningún accidente ni percance mecánico que le rompiera la ilusión, como los que le dejaron fuera de carrera en las cinco ediciones anteriores.

Esta vez Sainz tuvo la suerte de cara y recorrió los cerca de 9.000 kilómetros de este Dakar que pasó por Perú, Bolivia y Argentina sin casi incidentes de importancia, mientras que por el camino se fueron quedando sus compañeros de equipo, los franceses Stéphane Peterhansel, Sébastien Loeb y Cyril Despres, sus rivales más directos por el título.

El español supo mantener el tipo durante las cinco primeras etapas disputadas íntegramente en el desierto de Perú, donde la navegación era fundamental, y logró salir de la arena en segundo lugar de la general, a media hora de distancia de Peterhansel.

Ya en el altiplano de Bolivia, el francés cedió el liderato de la carrera a Sainz en un accidente en el que perdió cerca de dos horas para reparar su coche, por lo que el madrileño se dedicó a administrar su ventaja durante la segunda semana de la carrera.

Ni siquiera la momentánea penalización de diez minutos que recibió por no detenerse a comprobar el estado de un piloto holandés de quads que denunciaba haber sido golpeado por su coche durante un adelantamiento puso en peligro su primer lugar, menos aún cuando a los dos días se la quitaron al no haber pruebas de dicho impacto.

Tras celebrar encima de su coche el triunfo junto a su copiloto Lucas Cruz, Sainz declaró que está «muy feliz» y consideró que «es una merecida recompensa» al trabajo hecho con Peugeot durante los últimos cuatro años para crear y diseñar un coche ganador, un prototipo hecho especialmente para arrasar en el Dakar.

El español recordó que Peugeot ya había ganado en los dos años anteriores con Peterhansel y sugirió que ya le tocaba de una vez por todas a él, para demostrar que su victoria de 2010 al volante de un Volkswagen no fue simple casualidad.

Recordó que «sobre estos mismos caminos» de la sierra de Córdoba (Argentina), donde se disputó la decimocuarta y última etapa, ganó en 2004 su última carrera del campeonato mundial de rallys.

En motos, el Dakar se lo llevó Matthias Walkner (KTM), el primer austríaco en ganar este rally, y además lo hizo con una moto del equipo oficial de la marca austríaca que lleva dominando la carrera desde hace diecisiete años.

En segundo lugar del podio quedó el argentino Kevin Benavides (Honda), que se adjudicó la última etapa para evitar que el australiano Toby Price le arrebatara la plaza y KTM hiciera doblete en motos.

Walkner, apodado ‘El Nuevo Coma’, en referencia al español Marc Coma, cuatro veces campeón del Dakar, fue el triunfador de una de las ediciones más abiertas de los últimos años, con una decena de pilotos luchando por la victoria hasta pocas etapas antes del final.

El austríaco se vio beneficiado por los abandonos de grandes pilotos candidatos al título, como el británico Sam Sunderland (KTM), ganador del Dakar en 2017; el francés Adrien Van Beveren (Yamaha), y el español Joan Barreda (Honda), que abandonó a falta de dos etapas cuando iba segundo en la general, exhausto y con lesiones de muñeca y rodilla.

En quads, el chileno Ignacio Casale se adjudicó su segundo Dakar, el más duro de su vida, según afirmó al cruzar la línea de meta de la última etapa, de 120 kilómetros cronometrados, que él mismo ganó.

En los camiones volvió a triunfar el ruso Eduard Nikolaev (Kamaz), que revalidó el título, después de que el argentino Federico Villagra (Iveco) abandonara la carrera en la penúltima etapa por problemas mecánicos cuando estaba a solo un segundo del campeón.

Los vencedores, junto al resto de participantes, culminaron el Dakar 2018 en el podio de meta situado en el centro de la ciudad de Córdoba, considerada la capital argentina de los deportes de motor, un fin de fiesta a dos semanas de competición desde que el Dakar partió el 6 de enero desde Lima.

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