Canciller colombiano pide intensificar sanciones a dirigentes de Venezuela - 800Noticias
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EFE

La comunidad internacional debería intensificar las sanciones, y coordinar sus esfuerzos, contra dirigentes del régimen de Nicolás Maduro con el fin de garantizar la restitución del orden democrático en Venezuela, afirmó el ministro de Exteriores de Colombia, Carlos Holmes Trujillo.

«Hay que incrementar, incrementar, incrementar (sic) la acción política y diplomática. Eso es lo que hay que hacer porque el hermano pueblo de Venezuela merece vivir en democracia y libertad», dijo el ministro en una entrevista con Efe en Quito, donde se encuentra con motivo del VII Gabinete Binacional Ecuador-Colombia.

Para Trujillo, «lo importante» es aplicar las sanciones «de forma simultánea y de manera integral», y cree que «eso es lo que ha faltado» para generar un cambio en la realidad política y humanitaria venezolana estos últimos años.

De 67 años y canciller desde el pasado agosto, cuando el presidente Iván Duque lo invitó a dirigir la diplomacia de su país, Trujillo da un «sí» tajante a «incrementar» las sanciones, aunque siempre de forma «focalizada».

«Sanciones sí, dirigidas a las personas cercanas al régimen, que no afecten al pueblo venezolano como tal, que estén muy dirigidas a personas debidamente identificadas», explicó.

Y mencionó entre las posibilidades, sanciones de tipo «económico», que «impidan el movimiento de recursos malhabidos», «el libre movimiento de personas responsables de los más graves crímenes que hacen parte del entorno del régimen de Maduro».

Unas sanciones que para ser efectivas requieren, a su juicio, que sean aplicadas por más países y de forma conjunta, a la vez que descarta cualquier tipo de «intervención militar» porque «Colombia no es amiga de las soluciones militares en esta materia».

Y puntualizó que la postura de su país se fundamenta en la Carta Democrática Interamericana y la de la OEA, una organización que es «importantísimo fortalecer» para «volver a darle la fortaleza que siempre ha tenido en defensa de la democracia en el hemisferio».

Desde el lunes, Ecuador y Colombia pasan revista a sus relaciones bilaterales en una cumbre en la que se abordan, entre otros, los problemas fronterizos del último año, en el que cuatro militares ecuatorianos murieron en la frontera en ataques de una disidencia de las FARC vinculada al narcotráfico, el frente Oliver Sinisterra.

El mismo grupo que secuestró a tres miembros de un equipo periodístico y a una pareja ecuatoriana, a los que luego asesinó en cautiverio.

El ministro colombiano aseguró a Efe que, tras una reunión el lunes de los ministros de Exteriores y Defensa, se han producido «avances importantes» en materia de seguridad, y que la búsqueda del cabecilla del grupo, alias «Guacho», continúa.

«Es un operativo que continúa en marcha y naturalmente es una prioridad del Gobierno colombiano», precisó sin ofrecer detalles porque «no sería lo más conveniente ventilarlos públicamente».

Sí confirmó que «hay una coordinación constante entre las fuerzas de los dos países» y que «la reunión que tuvo lugar ayer fue muy positiva».

«(Hubo) un avance muy importante en lo que tiene que ver con el balance positivo de los compromisos que se habían adquirido en el 2018 y en relación con nuevos compromisos hacia el 2019», insistió.

Trujillo también elogió en la entrevista los pasos que se han dado en los últimos meses para hacer frente a la emigración venezolana, un fenómeno que afecta a los dos países y del que también se habla en esta cumbre.

«Lo que se ve hoy con claridad es un proceso hacia la armonización regional de las acciones dirigidas a hacerle frente a la crisis. Estamos trabajando conjuntamente para la definición de esa estructura financiera regional, de manera que los distintos países afectados por la crisis puedan acudir a ellos para hacerle frente», matizó.

Colombia, dijo, así como otros países afectados, siguen «en contacto con posibles donantes, con el BID, con la CAF, con el Banco Mundial y, naturalmente, con todas las agencias del Sistema de Naciones Unidas».

No obstante, declinó dar una cifra de las cantidades de dinero que se necesitan para los alrededor de 3 millones de emigrantes: «Es incalculable en este momento, es una cifra imposible de definir en detalle».

«Lo importante es ir avanzando en la disponibilidad de recursos que permitan hacer intervenciones de urgencia en unos casos, y con una visión de mediano y largo plazo en otros casos, apuntando así al desarrollo económico y social, y al fortalecimiento de las comunidades de acogida», indicó.

Convencido del «compromiso» para ayudar a resolver el problema, instó, sin embargo, a la prudencia.

«Ya hay unas cifras posibles que están mirando los organismos financieros, pero mejor no apresurarse para no crear expectativas falsas», concluyó.

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