Así es el milmillonario fundador de Vero, la red social que está destruyendo a Instagram - 800Noticias
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Con información de VF

Ha oido hablar en los últimos dos días de Vero («verdadero»), la nueva red social de moda? Es normal: está arrasando. Está ganando adeptos a una velocidad más pandémica que viral: un flujo que, sólo en Estados Unidos y sólo de clientes con iPhone, les está dando medio millón de usuarios diarios. Ha pasado de no aparecer ni en el ranking de App Annie de las 1.000 apps de su categoría más descargadas a liderar la App Store, tanto en España como en Estados Unidos y en otros cuantos países.

Para hacernos una idea de su crecimiento, hace una semana no llegaba ni a 600.000 descargas combinadas entre Apple y Android, según los cálculos de Sensor Tower. Es decir, en un día han conseguido casi doblar una base de usuarios que les llevó dos años y medio conseguir. Porque Vero, que empezó a promocionarse en julio de 2015, no es precisamente nueva. Ni sus ideas.

Sin embargo, es tal la fiebre que los servidores de Vero están muriendo de éxito. En Instagram ya hay más de 510.000 publicaciones hablando del fenómeno, y más y más usuarios anuncian su éxodo a Vero. Que se ha convertido literalmente de la noche a la mañana en la canalizadora del desencanto con las redes sociales actuales.

En concreto, los últimos cambios en Instagram -donde el orden cronológico ha desaparecido y el algoritmo ha devorado la visibilidad de millones de usuarios– han sido el detonante de esta explosión social. En realidad, ha sido una tormenta perfecta: los cambios de Instagram, el hartazgo de los usuarios de Twitter ante el abuso, el desplome de Facebook y el rediseño de Snapchat que ha disgustado a los usuarios que aún le quedan se han sucedido todos a la vez en el tiempo.

Ante el hastío con un panorama en el que los algoritmos deciden qué es lo que vemos de nuestros amigos, de repente alguien se ha acordado de que Vero existe. Y de lo que pretendía Ayman Hariri cuando la fundó en 2015. Pero hasta este éxito ha pillado por sorpresa a Hariri, empresario libanés de 39 años al que Forbes atribuye una fortuna cercana a los 1.100 millones de euros.

Y eso que Hariri y su equipo habían emprendido una cuidadosa estrategia de crecimiento durante el año pasado, encargando contenido editorial a Paris Match o a nuestros compañeros de GQ Reino Unido, un corto exclusivo de Zack Snyder, o un libro sobre Prince inaccesible en cualquier otra parte. En concreto, el director Zack Snyder se convirtió en su mayor evangelista: un usuario encantado con las grandes ideas de Vero y amigo personal de su fundador. Una amistad que se inició cuando Hariri ganó una subasta benéfica para hacer un cameo en Batman V Superman, lo que muestra que el veromance de Snyder con la red viene de lejos.

Pero, ¿quién es Hariri y qué pretende? Ayman es el tercer hijo de Rafiq Hariri, ex primer ministro de Líbano en cinco mandatos distintos, gran amigo y protegido politico de Jacques Chirac y asesinado por Hezbolá un 14 de febrero de 2005. Su hermano mayor, Saad, es el actual sucesor de su padre. Pero Ayman -que llegó a alquilar una de sus propiedades a los Chirac cuando abandonaron el Elíseo-  estaba menos interesado en la política que en la informática: se graduó en informática en Georgetown.

Aunque la carrera que le había diseñado su padre era más aburrida: el papel de Ayman era ocupar un cargo en Saudi Oger, una de las mayores empresas de construccion de Arabia Saudí -con cuya familia real Rafiq mantenía excelentes relaciones-, y el origen de la gran fortuna de la familia Hariri desde su fundación en 1978 (precisamente el año que nació Ayman). Ayman residió en Riyad durante casi una década, ejerciendo como vicepresidente y director tecnológico. La corrupción y la ineficacia que lastraban a la empresa desde hacía décadas la llevaron finalmente a la quiebra en verano del año pasado. Ayman había salido de la empresa años antes, para emprender la aventura de Vero, más acorde a sus gustos, apoyado en la gran herencia de su padre, que incluía participaciones en la principal teleco turca y el Banco Árabe de Jordania.

Vero sólo tenía un objetivo en mente: acabar con «la frustración que me producían las redes sociales», como le contaba hace un año a CNBC. En aquella entrevista, Hariri hablaba de que quería un «crecimiento organizado» de usuarios «maduros», mientras cerraba acuerdos con marcas de lujo y casas de subastas londinenses (la casa Coys tiene un perfil en Vero desde hace dos años, cuando subastó un Aston Martin DB5 por más de un millón de libras), donde tiene varias propiedades. Pero el estado actual de las redes ha llevado a que su sueño se vea invadido por hordas instagrameras huyendo de la crueldad del algoritmo. ¿Está Vero preparada para recibir a todo el mundo? ¿Saben sus nuevos usuarios que Vero plantea funcionar con una suscripción anual (como Whatsapp, en tiempos pre Zuckerberg) equivalentes a «un par de cafés»? ¿De verdad es posible una red social diferente, «siempre cronológica», «sin anuncios» y con su propio manfiesto a favor de ser «social de verdad»?

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