ANÁLISIS | La OEA y Venezuela, un pulso que se anuncia largo - 800Noticias
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EFE

La tensa sesión de este martes en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre Venezuela certificó un pulso entre la mayoría de países del continente y el Gobierno de Nicolás Maduro que se anuncia largo.

Una veintena de Estados, que suman más del 90 % de la población de América, se comprometieron en una declaración a concretar un mecanismo «en el menor plazo posible» para «apoyar el funcionamiento a la democracia y el respeto al Estado de Derecho» en Venezuela.

Es decir, dejaron claro que van a insistir en mediar en la crisis política y social de Venezuela a pesar de que su Gobierno rechaza frontalmente no solo que la OEA tenga ese papel sino incluso que celebre reuniones como la de ayer para evaluar la situación del país.

El pulso está echado: la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, y el embajador en la OEA, Samuel Moncada, presentaron batalla ayer uno por uno a los países que apoyaron la sesión y la declaración sobre su país.

Mientras el grupo de los 20 prevé seguir convocando reuniones sobre Venezuela, país ya ha solicitado sesiones sobre temas de esas naciones, como los acuerdos de paz en Colombia o el muro que EE.UU. ordenó construir en la frontera con México.

Venezuela, y sus fieles aliados Bolivia y Nicaragua, lo intentaron todo ayer para que no hubiera sesión pero, a diferencia de lo que ocurría en los años del fallecido presidente Hugo Chávez, las cuentas diplomáticas ya no les salen a favor.

Un grupo consolidado de 14 países gobernados por distintas tendencias políticas está dispuesto a mediar en la crisis venezolana: Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay.

Otros 8 países, todos caribeños, están dispuestos a sumarse a las iniciativas de los 14 siempre que incorporen un lenguaje con el que sus Gobiernos están cómodos, que por el momento no incluye ni la petición de fijar un calendario electoral ni la de liberar políticos presos, según explicaron a Efe fuentes diplomáticas.

Barbados, Bahamas, Santa Lucía, Jamaica, Belice y Guyana apoyaron que se celebrara la sesión, mientras que la declaración la suscribieron Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, Barbados, Jamaica, Santa Lucía y Guyana.

Belice ha preferido mantenerse al margen de las declaraciones conjuntas para mantener la neutralidad al ostentar la presidencia de turno del Consejo Permanente hasta el 31 de marzo, cuando cederá el testigo a Bolivia, gran aliado de Venezuela.

«El apoyo de estos países caribeños es una expresión del hecho de que Petrocaribe está en soporte vital en este punto y la residual lealtad que muchos países sentían hacia Venezuela se ha desvanecido», indicó hoy a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.

Venezuela solía contar con el apoyo en bloque de los países caribeños que durante más de una década se han beneficiado de su petróleo subvencionado a través de Petrocaribe.

En ese bloque ha ido habiendo fisuras que, sumadas a los cambios de Gobierno en Brasil, Argentina y Perú, han dejado a Venezuela sin la hegemonía que ostentaba en la OEA y, como se ha encargado de recordar estos días EE.UU., «cada vez más aislada en la región».

Pero el reto ahora es afianzar el apoyo de esos 8 países caribeños que ya han dado tímidos pasos adelante y convencer a al menos dos naciones más para tener los dos tercios (24 de 35 Estados miembros) que son necesarios para tomar las grandes decisiones en la OEA.

La mayor de todas, la suspensión de un Estado miembro, es algo que «por el momento» no buscan tampoco el grupo de los 14, que prefieren agotar la vía diplomática antes de recurrir al «último recurso» del organismo ante una alteración democrática en la región.

Pero los 24 serían necesarios también para convocar una Asamblea de cancilleres que iniciara gestiones diplomáticas, otra de las posibles vías de actuación.

Todas las fuentes diplomáticas y analistas consultados por Efe apuntan a que solo EE.UU., con presiones económicas, podría convencer a un grupo suficiente de países caribeños de apoyar las iniciativas sobre Venezuela.

Moncada vinculó ayer los movimientos del grupo de los 14 en la OEA con que el senador estadounidense Marco Rubio advirtiera a Haití, El Salvador y República Dominicana de que podrían peligrar sus ayudas estadounidenses si no votan en la OEA para presionar a Maduro.

«Señala a estos países porque tiene información de que pueden ser convencidos, al recibir financiación directa de EE.UU.», explicó hoy a Efe Michael McCarthy, profesor de relaciones internacionales de la Universidad George Washington.

«Quizás los países van a tener que tratar de presionar más a través de la vía bilateral, ya que no hay disposición del Gobierno venezolano a que la OEA participe», indicó a Efe Mariano de Alba, abogado venezolano experto en derecho internacional.

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