Alertan sobre problemas sanitarios de alimentos vendidos al menudeo - 800Noticias
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Con información de El Universal

En el Centro de Catia el mercado se desborda. La comida se expende en bolsas transparentes y los compradores tienen poco margen de tiempo para adquirirla. Algunos vendedores son itinerantes y la exhiben hasta en el piso, en cantidades inusitadas, algunas veces encubierta, otras bajo la mirada de los cuerpos de seguridad.

Se trata de una estrategia que han adoptado los llamados “bachaqueros” para revender los productos regulados por el Gobierno, una maniobra que no es nueva, pero que prolifera con mayor acento en las parroquias El Valle, Coche, Sucre, Antímano, Santa Rosalía y Petare, donde distribuyen azúcar, leche, arroz y productos básicos en porciones mínimas.

La venta de alimentos acapara la atención de comerciantes, familias de bajos recursos y personas desempleadas que encuentran en el menudeo de productos un escape a la crisis económica que malogra el presupuesto del hogar. El escenario recrudece pese a la prohibición de la venta ambulante de rubros básicos que el Ejecutivo oficializó en octubre de 2014, a través de la Gaceta 40.526. También viola la Providencia 175 del Ministerio para la Salud que establece los requisitospara la venta.

Más allá del primitivismo económico, la práctica es motivo de preocupación para Maritza Landaeta, portavoz del consejo directivo de la Fundación Bengoa, una organización que promueve estrategias para mejorar la alimentación, pues considera que compromete la salud de los consumidores.

En las calles Colombia y Argentina de Catia los informales despachan el azúcar refinada en presentaciones de 200, 400 y 600 gramos por un costo que oscila entre Bs 500 y Bs 1.500.

Para Albani Rivero, habitante del Centro, es más que una alternativa, relata que es la única opción que tiene para acceder a los alimentos regulados. “Estoy consciente de que es muy delicado, pero no me queda de otra, tengo dos hijos y lo que aporta mi marido no es suficiente”, asintió, mientras compraba medio kilo de arroz picado en la calle El Comercio.

A propósito de los riesgos, la semana pasada cuatro miembros de una familia del barrio Isaías Medina Angarita de Catia, y una vecina, fallecieron tras ingerir yuca amarga, un tubérculo que contiene altas concentraciones de cianuro. Familiares de los intoxicados indicaron que habrían comprado la yuca a un vendedor ambulante en la calle Argentina.

En las avenidas Urdaneta, Universidad y Baralt, epicentro administrativos del país, los informales también venden harina de maíz pilado, carne, leche y aceite comestible en bolsas.

La también vocera del Observatorio de la Salud, Maritza Landaeta, recomienda evitar el consumo de alimentos adulterados, pues advierte que son fuentes de infecciones. “No hay medidas de higiene. Muchos de estos vendedores tienen caries y las gotas de saliva que caen en los alimentos son cultivos de bacterias”.

La Fundación Bengoa alerta que la crisis alimentaria se ha tornado más profusa en los últimos dos años. Precisan que la combinación de escasez y alto costo incide en la dieta. Recientemente un grupo de organizaciones, entre ellas el Cendes, rechazó el último informe de la FAO por considerar que no reseña la coyuntura del país, donde 73% las familias son pobres.

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