AFP: Diálogos de paz para Colombia lleva tres años de rutinas y sobresaltos - 800Noticias
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Cuba | AFP | «Vida de convento» para los guerrilleros de las FARC, «familias y amigos postergados» para la delegación gubernamental: los diálogos de paz para Colombia cumplen este jueves en Cuba tres años de rutinas y sobresaltos, con una buena cuota de sacrificio personal para ambas partes.

«Aquí llevamos una vida de convento», bromean algunos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), principal y más antigua guerrilla del país, sobre su reclusión en La Habana desde el 19 de noviembre de 2012 para negociar con el gobierno de Juan ManuelSantos el fin de más de medio siglo de conflicto armado.

Dejar la libertad de la selva para encerrarse a conversar con sus enemigos significó un cambio radical para los rebeldes, según confesaron a la AFP, aunque a muchos la permanencia en la isla también les ha permitido someterse a tratamientos médicos, incluso a cirugías, y abrazar después de largo tiempo a familiares.

«No veía a mi hija desde que ella tenía dos años (ahora es mayor de edad)», dijo un guerrillero, a condición de anonimato, sobre el emotivo reencuentro con la joven.

Los negociadores gubernamentales, encabezados por Humberto de la Calle, también han visto su vida personal trastocada por los ciclos de conversaciones, que suponen 11 días enclaustrados en La Habana, adonde viajan en avión de la Fuerza Aérea Colombiana, seguidos de un receso de una semana.

El propio De la Calle vivió una compleja situación hace un tiempo por la enfermedad de un nieto, que lo obligó a ir a Bogotá.

Y su número dos en la comitiva oficial, Sergio Jaramillo, casi se queda sin festejo de cumpleaños el pasado 17 de octubre, cuando un viaje a La Habana para finiquitar el acuerdo sobre búsqueda de desaparecidos se alargó más de lo previsto.

– De guayabera y maletín –

Los salones del Palacio de las Convenciones de La Habana han sido  escenario de las pláticas, protagonizadas por viejos adversarios que nunca se habían visto, como los generales Jorge Mora y Óscar Naranjo y los comandantes rebeldes Iván Márquez, jefe de la delegación de las FARC, y Pablo Catatumbo.

Ahora ninguno viste uniforme ni porta armas, y hasta unos y otros toman café juntos conversando serenamente, algo impensable para bandos sumidos desde hace décadas en combates que han dejado 220.000 muertos y unos seis millones de desplazados.

De guayabera y maletín, los guerrilleros «trabajan arduamente», según reconoce su contraparte. Al comienzo visitaron algunos lugares de Cuba, pero todo cambió cuando trascendió una foto en la que se veía a algunos navegando en un catamarán, sugiriendo que estaban de vacaciones.

Desde entonces, prohibieron las «selfies» y casi no salen. La última semana de octubre, dos dirigentes de las FARCinvitaron a cenar a un profesional extranjero, pero tuvieron que pedirle a él que les recomendara un restaurante, porque ellos no conocían ninguno.

Siempre sin corbata, los negociadores del gobierno tampoco han sido vistos visitando los sitios más turísticos de Cuba, como Varadero, adonde nunca han ido aunque queda a sólo dos horas de la capital.

En un proceso de paz conducido casi exclusivamente por hombres, las mujeres sólo abundan en los equipos de prensa, muy profesionales del lado del gobierno. Más autodidactas, las FARCproducen empero un noticiario de TV, conducido por la holandesa Tanja Nijmeijer, que difunden semanalmente en Internet.

– «Todo es simétrico» –

Durante los ciclos, las pláticas inician a las ocho de la mañana. Las delegaciones se sientan frente a frente en una mesa rectangular, acompañadas por representantes de los garantes Noruega y Cuba, quienes se limitan a escuchar.

Personajes anónimos, pero vitales para superar los periodos de crisis, han sido los diplomáticos que acompañan diariamente los diálogos: el noruego Dag Nylander y el cubano Rodolfo Benítez.

Nylander ha vivido los últimos tres años entre el frío polar de Noruega y el calor tropical de Cuba, donde tiene asignada la casa 23 de «El Laguito», no lejos de las de los guerrilleros y las de los enviados del gobierno colombiano.

Los anfitriones, que según diplomáticos vinculados a las negociaciones son quienes han financiado buena parte de los gastos de manutención, logística y seguridad, brindan las mismas comodidades a cada bando. «Todo es simétrico, si una delegación recibe algo, la otra también. Los países garantes se encargan de que así sea», contó una integrante del equipo del gobierno.

Según supo la AFP, al comienzo las sesiones se desarrollaban bajo mucha tensión y desconfianza, pero de a poco el ambiente se ha ido relajando, por lo que ahora a veces hacen bromas y todos ríen. Sin embargo, hasta ahora no han compartido almuerzos y, aunque ven los partidos de la selección cafetera, nunca lo hacen juntos.

Cada delegación tiene cinco «plenipotenciarios» y cinco suplentes, pero muchas veces sesionan con menos personas.

Al cabo de las deliberaciones cotidianas, todos vuelven a «El Laguito», un complejo de residencias de protocolo del gobierno de Cuba, zona de embajadas en el oeste de la capital, donde se hospedan.

Ramón Castro, el hermano mayor de Fidel y Raúl y con gran parecido físico con el líder de la revolución cubana, ha sido visto caminando por allí. De exuberante vegetación tropical, silencioso e ideal para dormir bien en las noches, sólo tiene un inconveniente: hay mosquitos.

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